Flavio Musmanno y su familia habían llegado a Estados Unidos el año 2000 y, después de estar trabajando 18 años en construcción, jamás pensó que el hecho de haber perdido su billetera con 40 dólares y unas pocas tarjetas, sería el principio de complicarle su estadía en USA.
Cuando el ciudadano argentino se bajó del auto para ir a buscar su billetera, presintió que algo no estaba bien. Al ingresar a la estación, donde hace algunas horas atrás había estado, se paralizó.
De la nada comenzaron los gritos, golpes, esposas y un traslado de inmediato a la cárcel de Seneca, Ohio. Sin embargo, Musmanno no tenía antecedentes criminales y además era un destacado trabajador en la construcción, lo que no bastó para evitar que fuera deportado.
Rápidamente su familia comenzó las tramitaciones con su abogado para evitar la deportación de Flavio. No obstante, todo se iba complicando cada vez más. "Una semana después del incidente, nos dimos cuenta que el abogado que teníamos nos estafó", contó Florencia, hija de Flavio, al medio Daily Mail.
Sin embargo, su familia no se dio por vencida y contrataron a otra abogada. "Rápidamente encontramos otra abogada, pero desafortunadamente sabíamos que corríamos contra el tiempo". No obstante, la defensora les informó que "todo dependía de la decisión que tomara el Oficial Supervisor a cargo de la causa".
La familia de Flavio, les envió cartas de súplica y completaron formularios de inmigración, sin embargo, no pudieron lograr nada. Paralelamente ante este suceso, el hombre sufría tras las rejas. "Sus manos y su piel tenían marcas y heridas por los nervios que estaba atravesando", contó su hijo Francisco al medio, quién fue a visitarlo a la cárcel, y agregó que "uno podía ver que sus movimientos no parecían naturales, él no estaba bien".
No obstante, el martes 9 de octubre, Flavio tuvo que subir a un avión como deportado y dejar atrás a toda su familia en Estados Unidos. La única solución para Musmanno es obtener un permiso especial que le autorice volver al país y reencontrarse con su familia, sino tendrá que esperar 10 años para intentar volver.
Una vez en tierra Argentina, se dirigió a Mar del Plata, para continuar batallando y poder volver a ver a su esposa e hijos. Mientras tanto, su familia se encuentra realizando una campaña solidaria para intentar cubrir los primeros días de Flavio en el país, como también, costear los gastos generales de la familia.