Pese a que es muy poco usual que un tribunal saudita favorezca a la mujer en este tipo de casos, un hombre fue condenado a veinte latigazos por calumniar a su esposa y decir que no era virgen cuando contrajeron matrimonio.
El centro de justicia ordenó la condena luego que el hombre nunca lograra comprobar sus acusaciones, efectuadas delante del padre y de los hijos de la mujer.
La esposa del hombre argumentó que nunca había mantenido relaciones sexuales con otro hombre antes de casarse.
El fallo de veinte latigazos se enmarca en la ley de la "Sharia" que rige en el reino de Arabia Saudita, donde es costumbre aplicar castigos corporales a quienes incumplan la conservadora ley islámica.
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