El Everest volvió a recibir a montañistas luego del terremoto registrado en Nepal el año pasado.
Su escalada constituye un gran desafío, pero también un riesgo latente para aquellos buscan hacer cumbre.
Prueba de esto es que, solamente en lo que va transcurrida de esta temporada, cuatro personas perdieron la vida.
La altura, avalanchas y poca disposición de oxígeno son algunas de las razones por las que los montañistas quedan a medio camino.