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Luis Arce: El nuevo presidente de Bolivia es reconocido por su 'milagro' de crecimiento socialista

Arce, de 57 años, asumirá la presidencia en medio de fuertes tensiones políticas y el inminente regreso de Morales, quien planea volver desde Argentina a principios de la próxima semana.

Agencia Reuters

Viernes 6 de noviembre de 2020

Luis Arce, un economista que asumirá el domingo como presidente de Bolivia después de una aplastante victoria electoral, sabía cuál era su posición en el espectro político cuando era un joven adolescente en La Paz y tomó escritos del filósofo Karl Marx.

Arce dirigió la economía del país andino durante más de una década bajo el Gobierno del expresidente Evo Morales, un líder de izquierda que renunció el año pasado tras unas elecciones plagadas de acusaciones de fraude que provocaron protestas generalizadas. Arce fue visto a menudo como una influencia moderada frente a elementos más radicales en el Partido Movimiento al Socialismo (MAS) de Morales.

Arce, de 57 años, asumirá la presidencia en medio de fuertes tensiones políticas y el inminente regreso de Morales, quien planea volver desde Argentina a principios de la próxima semana.

 

El viernes Arce participó en una ceremonia ancestral andina, reflejando la inclinación hacia la cultura indígena que creció durante la gestión de Morales, quien todavía proyecta una larga sombra sobre el país.

Se espera la llegada para la ceremonia del domingo de diversas personalidades políticas como el presidente peronista de Argentina Alberto Fernández, el presidente de Paraguay, Mario Abdo, el líder iraní Hassan Rohani, el rey Felipe de España y la vicepresidente de Venezuela Delcy Rodríguez, entre otros.

"Yo tengo mis ideas desde que tengo 14 años y empecé a leer a Carlos Marx, desde ahí no he dejado de tener la misma posición ideológica y no voy a cambiar, por nada", señaló Arce en una entrevista con Reuters en octubre.

 

Arce es reconocido por sus partidarios como el arquitecto del "milagro" de crecimiento de Bolivia en la década de 2000 que sacó a muchos de la línea de la pobreza en una de las naciones más empobrecidas de América del Sur.

Como ministro de Economía impulsó la nacionalización de muchos sectores, avivando la ira entre los inversores, pero llevó a Bolivia a una tasa de crecimiento promedio anual del 4,6%, una de las mejores de América Latina, ayudado en parte por el auge de las materias primas.

Arce elaboró ​​el plan económico para la exitosa carrera presidencial de Morales en 2005 que llevó a casi 14 años de gestión que desencadenó en una crisis a medida que el crecimiento se desaceleraba y que la oposición crecía cuando Morales buscaba un cuarto mandato consecutivo.

 

A diferencia de Morales, un indígena aymara líder sindical de los cocaleros que se convirtió en una figura casi de culto, Arce creció en un hogar de clase media de La Paz y es conocido por hablar en voz baja y mantener un perfil personal bajo.

Estudió economía en la prestigiosa Universidad Mayor de San Andrés, en Bolivia, y en la Universidad de Warwick en Inglaterra.

"No es propiamente un caudillo", dijo Franklin Pareja, un analista político boliviano en La Paz. "Es una persona que viene de la academia, de clase media, es un tecnócrata, no es un luchador social", agregó.

Eso podría ayudar a Arce a curar las divisiones en el país.

Muchos critican a Morales por intentar aferrarse al poder y desafiar los límites del mandato, aunque también conserva un fuerte núcleo de apoyo.

 

Arce ha tomado medidas para distanciarse de Morales y le dijo a Reuters que el expresidente "no va a tener ningún rol" en su administración más allá de su influencia como líder del partido.

En la sede del partido hubo pocas referencias a Morales en panfletos y carteles, aunque su regreso plantea la cuestión de

si se contentará con mirar desde el margen.

El país que hereda Arce es marcadamente diferente del de los años de auge, con la pandemia del coronavirus que generará un 6%

de contracción económica este año, según las previsiones del Banco Mundial. Incluso bajo Morales, las exportaciones de gas y las reservas extranjeras habían comenzado a disminuir.

Arce ha prometido no recortar el gasto público, aunque también reconoce que serán necesarias algunas medidas de austeridad.

El presidente electo sigue confiando en que el milagro boliviano no se ha terminado.

"Creo que nuestro modelo ha mostrado al mundo que hay otra forma de hacer las cosas y hacerlas exitosas", sostuvo Arce.