Zaheen Zafar y su marido Mohammed fueron detenidos la semana pasada en un distrito de Cachemira administrado por Pakistán, luego de que confesaran haber rociado con ácido a su hija Anusha, de 15 años.
La joven no fue trasladada por sus padres a un centro asistencial hasta dos días después del hecho, instancia en que ya se encontraba en un estad crítico presentando cerca de 70% de la piel abrasada. Finalmente, Anusha murió en el hospital.
Ante este horrible crimen, la madre de la menor justificó su accionar y el de su marido aludiendo a que la joven los había deshonrado al conversar con un joven fuera del domicilio familiar.
"Ella dijo: 'No lo hice adrede, no lo haré más'. Pero ya le había rociado el ácido (...) Era su destino morir así", dijo Zaheen Zafar en una entrevista a la BBC.
La hermana mayor de la adolescente fallecida contactó a la policía poco antes del entierro para pedir la apertura de una investigación sobre la muerte de Anusha, que condujera al arresto de sus padres.
Según los antecedentes que maneja la Comisión paquistaní de los derechos del hombre, al menos 943 mujeres o niñas fueron asesinadas durante el año pasado acusadas de haber cometido "crímenes de honor".
La asamblea nacional adoptó el año pasado una enmienda en que los autores de ataques con ácido, una forma de violencia que cada años desfigura a más de 200 mujeres en Pakistán, pueden enfrentarse a una pena mínima de 14 años de cárcel, condena que arriesgan los dos progenitores 'del año'.
Foto: Captura del video difundido por la BBC