Montañas de basura se acumulan en cada esquina. Contenedores y papeleras ya no pueden albergar la gran cantidad de deshechos acumulados.
Madrid presenta un aspecto impropio de una capital europea. El olor y la suciedad continúan multiplicándose, mientras comerciantes y habitantes de la capital española exigen una solución para una insostenible situación que ya dura casi 10 días.
El pasado día 5 de noviembre, los trabajadores de la limpieza viaria y de jardines de Madrid iniciaron una huelga para exigir una solución ante anunciados despidos en las empresas concesionadas por el Ayuntamiento.
Son cerca de 8.000 trabajadores en el sector, que exigen la retirada de un ERE (Expediente de Regulación de Empleo) que supondría la pérdida de unos 1.100 puestos de trabajo, que se unirían a los 350 personas que fueron despedidas ya en agosto.
Desde entonces, Madrid se ha ido transformando en un basurero. Una situación que indigna a sus habitantes, que asisten una vez más, dicen, a la pasividad política.
La principal señalada como responsable de esta situación es la famosa alcaldesa Ana Botella, mujer del ex presidente José María Aznar, que recién este martes decidió actuar, tras las críticas recibidas, y dar un ultimátum a las tres empresas responsables del paro. De lo contrario, aseguró, el Ayuntamiento se hará cargo de la limpieza y no pagará los contratos a dichas empresas. Además, solicitó el cumplimiento de los servicios mínimos. Algo tarde, dicen los madrileños.
Mientras, los sindicatos y la patronal de estas empresas no parecen llegar a un acuerdo, tras una semana de huelga, y a pesar de que ya han sido presentadas varias propuestas que reducirían los despidos a la mitad.
No hay cálculo oficial de la basura que se acumula en la ciudad, pero el problema está completamente desbordando a las autoridades. Madrid sigue sin barrer y recoger las toneladas de basura, y los restos de comida, cartones y botellas rebosan de todos los contenedores. Los vecinos claman, preocupados ante una situación que podría derivar en alerta sanitaria. La solución no parece estar cercana.
