La crisis económica española está provocando profundo quiebres regionales. Los habitantes de Cataluña han manifestado su intención de separarase de España, a la que acusan de arrastrarlos a la crisis. Más de la mitad de los catalanes dicen que quieren un estado independiente y miles de personas se manifestaron hace dos semanas en Barcelona durante el día nacional de Cataluña, en la mayor manifestación de fervor separatista hasta la fecha.
Sin embargo, pocos ven un camino rápido hacia la independencia de Cataluña, un sueño que tiene sus raíces en la Edad Media cuando Barcelona era un enclave comercial mediterráneo con parlamento propio. Además, el respaldo popular a la independencia catalana nunca ha sido ya que aporta una quinta parte de la producción económica de España y alberga al 16 por ciento de la población.
El resurgimiento del separatismo catalán se fundamenta en la convicción de que Madrid está desangrando financieramente la región. El Gobierno central recauda la mayoría de los impuestos y luego los redistribuye entre las 17 comunidades autónomas, que gestionan sus propios hospitales y escuelas. Los catalanes dicen que cada año pagan 16 mil millones de euros en impuestos más de lo que gasta el gobierno regional.
"El estado autonómico funcionó bien hasta la crisis. Es indudable, en mi opinión, que hay que avanzar en los principios del federalismo fiscal porque tenemos muy descentralizado el gasto y muy centralizados los ingresos. Es clave aumentar la corresponsabilidad fiscal", dijo José Ignacio Conde-Ruiz, subdirector del grupo de estudios económicos FEDEA.
El rebrote nacionalista en Cataluña coincide con un momento difícil para el presidente Mariano Rajoy, que lucha por controlar el déficit público de España y se resiste a seguir la vía del rescate internacional que países como Grecia, Irlanda y Portugal tomaron antes.
En declaraciones públicas, Rajoy dijo la semana pasada a los catalanes que deberían concentrarse en la unidad en estos momentos de crisis. El delicado equilibrio entre el centro y las regiones está tambaleándose ahora por el fuerte endeudamiento de las comunidades, que gastaron en exceso durante el boom inmobiliario hasta que la crisis estalló el 2007.