Popularmente, la gente lo conoce como la puerta al infierno. Se trata del volcán Masaya, ubicado a 20 kilómetros de la capital de Nicaragua.
A pesar del intenso olor a azufre, en las últimas dos semanas fue visitado por unos cuatro mil turistas, deslumbrados por la laguna de lava que se forma, a menos de 100 metros del borde del cráter.
El gobierno autorizó las visitas aunque sólo por periodos cortos, debido a los gases.
La lava del Masaya emerge a la superficie cada 25 ó 30 años desde 1902 y después de un tiempo desaparece, aunque mantiene la emisión de humo sulfuroso.
Según los indígenas chorotegas, que habitaron la zona, en el pasado se sacrificaba niños y doncellas para calmar la furia del volcán.
El Masaya hizo dos fuertes erupciones en 1670 y 1772 y los expertos esperan que vuelva a hacerlo en 150 años.
Fuente: 24horas.cl con información de Agencia AFP