"Si alguien ha decidido matar a nuestras familias, entonces nos matamos nosotros", dijo Stefano Meletti, un minero de 49 años que intentó quitarse la vida frente a las cámaras de televisión, tras participar en una rueda de prensa donde le exigían al Gobierno que escuchara el llamado de él y sus colegas que permanecen atrincherados a 400 metros bajo tierra en una mina de Cerdeña.
Mientras hablaba con la prensa sobre las condiciones en las que se encuentran a la espera de una respuesta del Gobierno de Mario Monti a sus demandas, el hombre sacó un cuchillo y comenzó a cortarse las muñecas. Sus compañeros lo detuvieron e impidieron que la temeraria acción de Meletti terminara en tragedia.
Los mineros atrincherados bajo tierra con explosivos exigen al Gobierno que apruebe un proyecto que entregará los recursos para que la mina de la empresa Carbosulcis pueda diversificar sus labores y asegure un puesto de trabajo para todos los mineros del yacimiento que podría ser cerrado en los próximos días.
El Gobierno italiano, que intenta navegar en las turbulentas aguas de una crisis financiera que mantiene al país al borde del rescate, señaló, a través del viceministro de Desarrollo Económico, Claudio De Vicenti, que no dejarán abandonados a los trabajadores.
Stefano Meletti es uno más de los 120 trabajadores que se encuentra encerrado en la mina con 690 kilos de explosivos y 1.221 detonares, que planean utilizar si el Gobierno no cumple con sus demandas.