No corren buenos tiempos para el Gobierno de Cristina Fernández.
La contestación crece en las calles de Argentina y la popularidad del equipo de la 'Sra. K' se desvanece entre pugnas de poder, acusaciones de corrupción, autoritarismo y mal manejo de la economía del país transandino.
El secretario de Comercio, Guillermo Moreno, expresó públicamente de forma contundente su opinión sobre la proliferación de protestas populares en los últimos tiempos, especialmente por unas caceroladas que se están celebrando en la puerta de su domicilio.
En un acto ante militantes kirchneristas aseguró: "Que se metan la cacerola en el orto".
Un deseo que fue recibido con aplausos por los asistentes y que ha sido interpretado por medios como TN como una expresión de la opinión mayoritaria en el interior de la Casa Rosada.
Convocados por las redes sociales, un grupo de varias decenas de personas se congregó junto al edificio donde vive Moreno, en la calle Salta (Constitución), para protestar "contra la prepotencia y maltrato a mujeres y ciudadanos".
Moreno es conocido por ser uno de los colaboradores más cercanos y polémicos de Cristina Fernández. Con un estilo directo, hiriente y en muchos casos amenazante, se ha convertido en punta de lanza del Ejecutivo contra algunos de sus más connotados enemigos, especialmente la prensa independiente, como Clarín y La Nación.
No es la primera vez que es grabado con una salida de tono impropia de su cargo, como ocurrió el pasado 29 de agosto en una asamblea de la empresa Papel Prensa -sociedad conformada por el Estado y los dos diarios anteriormente citados-, que tuvo que ser suspendida ante su hostigamiento a los directivos:
No se trata de la primera ocasión en que Moreno protagoniza una situación semejante en Papel Prensa.
Un estilo confrontacional y directo que no conoce límites.