Un martirio está sufriendo Mónica y su familia en Argentina, luego de que la joven fuese víctima de una ciberestafa, tras la cual la dirección de su casa figura en un sitio web de servicios sexuales.
La familia comenzó a percatarse de que ocurría algo extraño, según consigna TN, cuando una madrugada un extraño tocó el timbre de su vivienda en Quilmes. El marido de Mónica fue a ver quién era y un hombre contestó que era "un delivery", pero el esposo le dijo que se había equivocado, por lo que el desconocido se marchó. Con el pasar del tiempo, se dieron cuenta de que todo era parte de una ciberestafa.
Aunque en primera instancia creyeron que eran asaltantes, pronto cambiaron su percepción: hombres les decían que tenían un "turno" o que iban por un "servicio". Algunos llegaban preguntando por Malena, Brenda o Sofía.
En una ocasión, y ante la duda de Mónica, uno de los sujetos que llegó a su domicilio le relató más detalles. Él le comentó que iba para tener un encuentro sexual con una mujer y que le habían dado esa dirección mediante WhatsApp tras haberse registrado mediante un sitio web.

TN
Múltiples estafas
Según comentó Mónica, "este chico me contó que cuando hizo click en la foto de la chica que le gustaba, apareció un WhatsApp para contactarse. Allí le pidieron una seña de $500 (pesos argentinos. Poco más de $4 mil pesos chilenos), que se podía pagar por Rapipago, o transferencia, e inmediatamente le dieron esta dirección. Por ejemplo, entró a la foto de la mujer que se presenta como 'Flequillito culona', le dieron la dirección, pagó la reserva y cuando llegó al lugar se dio cuenta que lo habían estafado”.
“No tengo ni idea de cómo aparezco en esa página. A pesar de haber hecho la denuncia, desde el mes de julio cuando empezó todo esto, no tuve una respuesta concreta de las autoridades policiales”, agregó la mujer.
Cada vez más clientes llegaban a la casa de Mónica por el servicio que habían solicitado y por el que habían pagado. Cuando llegaron a Mónica, varios de ellos le permitieron ver los chats con las supuestas mujeres y los comprobantes de las transferencias.
“Me sentí burlada. Además, no se si otra gente está pasando por la misma situación y si las chicas de la página son reales. Sospecho de todo y todos y no consigo que nadie me de una respuesta correcta”, relató.
La víctima acudió a las autoridades a denunciar su caso, pero no le han confirmado si lo están indagando. El timbre de su vivienda continúa sonando: ha llegado a recibir hasta seis visitas por día en distintos horarios y hasta 40 en una semana.
“Cuando hice la denuncia me dijeron que me iban a brindar una vigilancia. Yo pensé que iban a mandar a algún policía, pero sólo me llamaban por teléfono dos veces al día para saber cómo estaba todo”, sostuvo Mónica, quien vive con dos hijas que estudian.