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Falleció tras 23 años en coma

Antonio Meño falleció un año después que sus padres lograran ser indemnizados por la presunta neglicencia de la que fue víctima.

Daniela Toro

Martes 30 de octubre de 2012

Este domingo falleció Antonio Meño, un español que permaneció 23 años en coma luego que se le practicara una cirugía estética. La muerte se produjo un año después que la familia del hombre lograra ser indemnizada luego de una gran batalla judicial de dos décadas.

El abogado Luis Bertelli indicó a Europa Press que "ha muerto una víctima de la injusticia", en relación a la tardanza de los magistrados para dictar una sentencia de indemnización.

Bertelli los criticó por los años de espera que tuvo que soportar la familia de Meño, y por la angustia de su madre, quien se ató a un pie de la cama durante todo el tiempo para brindarle los cuidados necesarios, porque "no le dieron la indemnización que le hubiera permitido poner enfermeros que le aliviaran la carga", expresó el abogado al citado medio.

Meño se realizó una rinoplastía en 1989, cuando tenía 21 años, y a partir de entonces vivió en estado vegetal.

El anestecista, acusado por negligencia, fue condenado en primera instancia por "imprudencia", sin embargo fue absuelto gracias a un recurso de apelación que dejó a la familia sin indemnización.

Los padres de Meño, panaderos jubilados, acudieron entonces al Tribunal Constitucional, y al no ser escuchados, decidieron en 2009 acampar por 521 días afuera del lugar.

Sólo la aparición de un nuevo testigo logró que el caso se reabriera en 2010. Se trató de un médico que presenció la intervención cuando era sólo un estudiante, quien explicó que no se le suministró el oxígeno suficiente al paciente, generándole una apnea transitoria que le provocó daño cerebral.

Finalmente, los padres del fallecido recibieron una indemnización de 1,075 millones de euros en julio de 2011, y la exención de pago de todos los gastos médicos.