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Mursi gana las elecciones en Egipto

Mohamed Mursi es el primer presidente elegido libremente de la historia de Egipto y sucederá Hosni Mubarak.

Erwin Acevedo

Domingo 24 de junio de 2012

El islamista Mohamed Mursi, candidato de los Hermanos Musulmanes, gana las elecciones presidenciales en Egipto, según confirmó la Comisión Electoral Suprema.

Mohamed Mursi es el primer presidente elegido libremente de la historia de Egipto y sucederá a Hosni Mubarak, destituido por la revuelta popular egipcia que encendió al mundo árabe y que demostró que “la gente sí puede acabar con el régimen”, como reza el grito de guerra de las revoluciones árabes, que aún recorre la región y que inunda todavía la plaza Tahrir, lugar en el que confluyen los partidarios del vencedor en estas elecciones.

Los Hermanos Musulmanes se instalaron en la plaza a mediados de semana y no se moverán hasta que la Junta militar que gobierna el país retire las medidas con las que pretende recortar el margen de maniobra del presidente entrante.

La victoria de Mohamed Mosri llega plagada de interrogantes, según el análisis del diario El País de España. El principal es cómo se repartirá el poder el nuevo presidente con los militares. La Junta militar que gobierna el país tras la caída de Mubarak emitió hace una semana, justo cuando los egipcios terminaban de depositar su voto, un texto constitucional, por el que recortan drásticamente los poderes del presidente entrante.

El poder legislativo queda así en manos de los militares, después de que disolvieran el Parlamento echando mano de una amplia interpretación de una sentencia del Constitucional que anulaba parte de los escaños por la supuesta violación de un tecnicismo electoral. Lo relativo a la defensa del país y su presupuesto también compete ahora plenamente a los militares que además ostentan un poder de veto de facto sobre la redacción de la futura constitución. Los militares o el llamado “estado profundo”, que maneja la política, pero también buena parte de la economía del país, se han resistido con estas medidas y en el último momento a ceder el testigo del poder.

La Junta militar se ha comprometido a entregar el poder a las autoridades civiles antes del 1 de julio. Más allá de actos más o menos simbólicos, los actores políticos de esta tortuosa transición son conscientes de que desprenderse de la tutela del ejército va a llevar años.