En un helicóptero militar de Pakistán abandonó la cárcel Rimsha Masih, la niña de 13 años acusada de blasfemia por supuestamente quemar las páginas de Corán, libro sagrado para los musulmanes.
La joven fue dejada en libertad luego que un clérigo local detuviera a un sospechoso de plantar pruebas falsas para agitar el resentimiento contra los cristianos.
A Masih, quien al parecer tiene problemas mentales, se le concedió la libertad bajo fianza y hoy abandonó la cárcel de alta seguridad con un pañuelo verde. De no haber recibido este beneficio, la niña pudo recibir incluso la pena de muerte. Ahora la menor que llevada a un lugar para que descanse junto a su familia.
Desde 1987, se han registrado casi 250 casos de blasfemia, según el centro de estudios paquistaní del Centro de Investigación y Estudios de Seguridad.
Además, 52 personas han muerto tras ser acusados de blasfemia desde 1990.