Solo quería abrazar a su padre cuando terminara la carrera.
El pequeño Martin Richard, de ocho años, es una de las tres víctimas de las explosiones registradas durante la maratón de Boston, este lunes.
Su historia conmueve no sólo por su prematura muerte, si no que también porque, al momento de los bombazos, se encontraba junto a su madre y hermana, quienes están gravemente heridas.
Su único deseo era poder felicitar a su padre una vez terminada la carrera. Por eso la familia se posicionó muy cerca de la línea de meta -lugar donde estalló la primera bomba- para abrazarlo una vez que terminara la corrida.
Lamentablemente, eso no pudo ser posible.
La madre de Martin se encuentra con heridas graves y ya fue sometida a una operación. Se desconoce si sabe que su pequeño hijo falleció en el ataque, que aún no ha sido calificado como terrorista por la Casa Blanca.
Su hermanita menor, en tanto, perdió una pierna en la explosión.
Durante este martes, varios vecinos, cercanos y desconocidos se han acercado a la casa del pequeño para dejar flores, osos de peluche y cartas en su homenaje.