A estas alturas, muchos de nosotros estaremos familiarizados con la variante ómicron del SARS-CoV-2, el virus que causa la covid. Esta variante de preocupación ha cambiado el curso de la pandemia, lo que ha llevado a un aumento dramático de los casos en todo el mundo.
También escuchamos cada vez más acerca de las nuevas subvariantes de ómicron con nombres como BA.2, BA.4 y ahora BA.5. La preocupación es que estas subvariantes pueden hacer que las personas se vuelvan a infectar, lo que lleva a otro aumento en los casos.
¿Por qué estamos viendo más de estas nuevas subvariantes? ¿Está el virus mutando más rápido? Y ¿cuáles son las implicaciones para el futuro de la covid?
¿Por qué hay tantos tipos de ómicron?
Todos los virus, incluido el SARS-CoV-2, mutan constantemente. La gran mayoría de las mutaciones tienen poco o ningún efecto sobre la capacidad del virus para transmitirse de una persona a otra o causar una enfermedad grave.
Cuando un virus acumula una cantidad sustancial de mutaciones, se considera un linaje diferente (algo así como una rama diferente en un árbol genealógico). Pero un linaje viral no se etiqueta como variante hasta que haya acumulado varias mutaciones únicas conocidas por mejorar la capacidad del virus para transmitir y/o causar una enfermedad más grave.
Este fue el caso del linaje BA (a veces conocido como B.1.1.529) que la Organización Mundial de la Salud (OMS) denominó ómicron. Ómicron se ha propagado rápidamente, representando casi todos los casos actuales con genomas secuenciados a nivel mundial.
Dado que ómicron se ha expandido y ha tenido muchas oportunidades de mutar, también ha adquirido mutaciones específicas propias. Estas han dado lugar a varios sublinajes o subvariantes.
Los dos primeras fueron etiquetadas como BA.1 y BA.2. La lista actual ahora también incluye BA.1.1, BA.3, BA.4 y BA.5.
Ya hemos visto subvariantes de versiones anteriores del virus, como la delta. Sin embargo, ómicron las ha superado, posiblemente debido a su mayor transmisibilidad. Por lo tanto, las subvariantes de las variantes virales anteriores son mucho menos comunes hoy en día y hay menos énfasis en rastrearlas.
¿Por qué las subvariantes son tan importantes?
Existe evidencia de que estas subvariantes de ómicron, específicamente BA.4 y BA.5, son particularmente efectivas para reinfectar a personas con infecciones previas de BA.1 u otros linajes. También existe la preocupación de que estas subvariantes puedan infectar a las personas que han sido vacunadas.
Por lo tanto, esperamos ver un rápido aumento de los casos de covid en las próximas semanas y meses debido a las reinfecciones, que ya estamos viendo en Sudáfrica.
Sin embargo, investigaciones recientes sugieren que una tercera dosis de la vacuna contra la covid es la forma más eficaz de frenar la propagación de ómicron (incluidas las subvariantes) y prevenir los ingresos hospitalarios asociados con la enfermedad.
Recientemente, la BA.2.12.1 también ha llamado la atención porque se ha estado propagando rápidamente en Estados Unidos y se detectó en aguas residuales en Australia.
De manera alarmante, incluso si alguien se ha infectado con la subvariante BA.1 de ómicron, aún es posible la reinfección con los sublinajes BA.2, BA.4 y BA.5, debido a su capacidad para evadir las respuestas inmunitarias.
¿Está el virus mutando más rápido?
Uno pensaría que el SARS-CoV-2 es un corredor superrápido cuando se trata de mutaciones. Pero el virus en realidad muta con relativa lentitud. Los virus de la influenza, por ejemplo, mutan al menos cuatro veces más rápido.
Sin embargo, el SARS-CoV-2 hace "carreras de velocidad mutacionales" durante cortos períodos de tiempo, según muestra nuestra investigación. Durante una de estas carreras de velocidad, el virus puede mutar cuatro veces más rápido de lo normal durante unas pocas semanas.
Después de esas carreras, el linaje tiene más mutaciones, algunas de las cuales pueden proporcionar una ventaja sobre otros linajes. Los ejemplos incluyen mutaciones que pueden ayudar a que el virus se vuelva más transmisible, cause una enfermedad más grave o evada nuestra respuesta inmune, y por lo tanto surgen nuevas variantes.
No está claro por qué el virus sufre estas carreras mutacionales que conducen a la aparición de variantes. Pero hay dos teorías principales sobre los orígenes de ómicron y cómo acumuló tantas mutaciones.
Primero, el virus podría haber evolucionado en infecciones crónicas (prolongadas) en personas inmunodeprimidas (que tienen un sistema inmunitario debilitado).
En segundo lugar, el virus podría haber "saltado" a otra especie, antes de volver a infectar a los humanos.
¿Qué otros trucos tiene el virus?
La mutación no es la única forma en que pueden surgir variantes. La variante ómicron XE parece haber resultado de un evento de recombinación. Aquí es donde un solo paciente se infectó con BA.1 y BA.2 al mismo tiempo. Esta coinfección condujo a un "intercambio de genoma" y una variante híbrida.
Se informó de otros casos de recombinación de SARS-CoV-2 entre delta y ómicron, lo que resultó en lo que se denominó deltacron.
Hasta el momento, los recombinantes no parecen tener una mayor transmisibilidad ni causar efectos más graves. Pero esto podría cambiar rápidamente con nuevos recombinantes. Así que los científicos los están monitoreando de cerca.
¿Qué podríamos llegar a ver en el futuro?
Mientras el virus esté circulando, continuaremos viendo nuevos linajes y variantes del virus. Como ómicron es la variante más común actualmente, es probable que veamos más subvariantes de ómicron y, potencialmente, incluso linajes recombinantes.
Los científicos continuarán rastreando nuevas mutaciones y eventos de recombinación (particularmente con subvariantes). También utilizarán tecnologías genómicas para predecir cómo podrían ocurrir y cualquier efecto que puedan tener sobre el comportamiento del virus.
Este conocimiento nos ayudará a limitar la propagación y el impacto de variantes y subvariantes. También guiará el desarrollo de vacunas efectivas contra variantes múltiples o específicas.
*Sebastian Duchene, es miembro de ARC DECRA, Universidad de Melbourne, Australia, y Ash Porter es investigador del Instituto de Infección e Inmunidad Peter Doherty, Australia.
*Este artículo fue publicado originalmente en The Conversation y ha sido reproducido aquí bajo la licencia Creative Commons. Haz clic aquí si quieres leer la versión original.
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