Un brutal infanticidio mantiene conmocionado a una comunidad en Pensilvania, Estados Unidos, después de que se diera a conocer que una bebé de 18 meses murió después de ser forzada a tragar pilas.
La presunta autora del crimen fue identificada como Aleisia Owens, una joven de 20 años que habría asesinado a la hija de su novio, según informaron medios locales.
Owens fue arrestada debido a los resultados de la autopsia, los cuales arrojaron que Iris Rita Alfera murió debido a niveles altos de acetona en su sangre, informó la fiscal general de Pensilvania, Michelle Henry.
En el informe se lee que la mujer habría envenenado a la bebé tras forzarla a tragar pilas de botón, tornillos y quitaesmalte. Además, se demostró que Iris tenía un hematoma subdural, hemorragias retinianas bilaterales y los ya mencionales niveles fatales de acetona en la sangre.
Antes de morir, Iris fue trasladada de urgencia al Hospital UPMC Jameson, ubicado en la localidad de New Castle, para posteriormente ser derivada al Hospital Infantil UPMC en Pittsburgh debido a la gravedad de su estado. A pesar de la intervención de los médicos, falleció a causa de una falla multiorgánica.
Los especialistas manifestaron a las autoridades que las lesiones eran resultado de abuso infantil, motivo por el cual se interrogó al padre y a la novia de este.
No contentos con sus declaraciones, la policía revisó el teléfono de la joven de 20 años y descubrieron que, entre febrero y junio de 2023, había hecho búsquedas en Google sobre “productos de limpieza que podrían causar daños graves o la muerte a un niño, incluidas perlas de agua, baterías y esmalte de uñas”.
Además, se descubrió que había buscado “productos de belleza que son venenosos para los niños” y “medicamentos que provocan muertes por envenenamiento accidental en niños”.
En vista de esto último, el jefe de policía de New Castle, Robert Salem, aseguró que esto corresponde a una “pieza crucial de evidencia en su contra”.
Aleisia Owens está acusada de homicidio criminal, agresión agravada a un niño menor de 6 años, poner en peligro el bienestar de los niños y agresión agravada a un niño menor de 13 años y podría ser condenada a cadena perpetua.
“La investigación muestra que, durante meses, la acusada llevó a cabo una investigación meticulosa sobre cómo ciertas sustancias pueden causarle daños a los niños. Luego supuestamente actuó según sus hallazgos. Mi oficina nunca dejará de trabajar para responsabilizar a las personas que, a sabiendas, ponen en riesgo la vida de otros, especialmente de niños vulnerables”, declaró la fiscal general de Pensilvania, Michelle Henry, en un comunicado de prensa.
Por otro lado, el padre de la bebé no fue detenido porque “en este momento, no hay evidencia alguna que lo vincule a él ni a nadie más con la muerte del bebé”, dijo Salem a New Castle News. “No hubo nada a lo largo de la investigación que demostrara que él tuviera algún conocimiento o participación en lo que le sucedió al bebé. Fue interrogado varias veces y cooperó”.