El ingeniero chileno Hernán Felipe Herrera Larenas fue condenado a cadena perpetua por el femicidio de su pareja Christelle Heredia, una mujer argentina de 34 años, quien fue asesinada en Córdoba en junio del año 2024.
De acuerdo a la resolución emitida por el tribunal argentino, el sujeto mató a su novia a golpes y a puñaladas al interior de un departamento ubicado en el barrio General Paz.
Ante esta situación, los vecinos se comunicaron con la policía, que concurrió al lugar de los hechos y detuvo al sospechoso, quien fue formalizado por los delitos de homicidio agravado por el vínculo, violencia de género, amenazas y privación ilegítima de la libertad.
Según lo indicado por el abogado querellante, Gustavo Franco, los testimonios emitidos durante las audiencias evidenciaban que el individuo manipulaba a la víctima "de forma psicológica" y "también con situaciones de violencia económica y hasta de violencia física".
De esta forma, el ingeniero chileno -quien permanece en la cárcel de Bouwer- fue condenado a cadena perpetua por el crimen de la mujer argentina.
El relato de la madre del chileno
La postura de la defensa de Herrera Larenas era que el chileno tenía que ser declarado inimputable por problemas de salud mental, y que debía ser internado por orden judicial, lo que fue descartado finalmente.
Tras el femicidio, María Teresa Larenas -madre del sujeto- afirmó que el hombre está "diagnosticado con bipolaridad y trastorno de personalidad. No se trata de un monstruo, sino de una persona que está psiquiátricamente enferma".
De hecho, reveló que su hijo fue diagnosticado en Chile con "trastorno de ánimo, trastorno bipolar y personalidad obsesiva", siendo internado en 2019 y 2020.
Por este motivo, los abogados del ingeniero aseveraron que el trastorno de Herrera Larenas lo afectó para comprender y dirigir sus acciones, lo que fue desechado a través de los peritajes.