Una mujer, de 19 años, fue condenada a tres meses de cárcel por haber utilizado pastillas para abortar y haber enterrado el feto, en Nebraska, Estados Unidos.
Celeste Burgess, que al momento de terminar con el embarazo tenía 17 años, se declaró culpable a principios de este año de esconder y abandonar un cadáver como parte de un acuerdo con la Fiscalía.
Su madre, Jessica Burgess, también está siendo investigada por la Justicia del estado por haber ayudado a su hija a abortar después de las 20 semanas de gestación, el límite legal en ese entonces en el estado, y por manipular "restos humanos".
Además, según la Fiscalía, la madre compró y dio píldoras abortivas a la adolescente.
En este contexto, la mujer podría recibir un máximo de dos años de cárcel si es declarada culpable.