A 57 días de las elecciones presidenciales de Estados Unidos, se llevó a cabo el primer debate entre la candidata demócrata Kamala Harris y el republicano Donald Trump, quienes abordaron diversos temas en vísperas de que se inicie el voto anticipado en muchos estados.
Con su afilada intervención, Harris logró disipar las preocupaciones de larga data sobre sus habilidades para hablarle al público, que comenzaron con su fallida candidatura a la Casa Blanca de 2020, y que se agudizaron por su torpeza en algunas entrevistas en los últimos años.
En tanto, Trump utilizó su estilo combativo para intentar sortear los ataques de su rival y demostrar que durante el gobierno controlado por los demócratas la situación del país ha empeorado.
Economía, migración, aborto
La economía, principal preocupación de la mayoría de estadounidenses, fue el tema que abrió el debate y acaparó buena parte de los intercambios entre los candidatos.
Trump además centró sus esfuerzos en criticar la política de inmigración del presidente Joe Biden y de la propia vicepresidenta.
"Soy la única en este escenario que ha procesado a traficantes de personas", contestó ella, responsabilizando al republicano de bloquear un intento de solucionar la crisis fronteriza al "matar" un proyecto de ley bipartidista que estaba enfocado a ello.
Uno de los moderadores le preguntó entonces al republicano cómo planea, de ganar las elecciones, llevar a cabo la deportación masiva que ha prometido.
"¿Cómo piensa deportar a 11 millones de indocumentados?", planteó David Muir, quien adquirió un papel activo a lo largo del debate, corrigiendo a Trump y aclarando afirmaciones de este en varias ocasiones.
El republicano volvió entonces a su ya conocido discurso sobre la inmigración, a insistir en la necesidad de cerrar la frontera ante millones de personas procedentes "de todo el mundo" que tratan de cruzarla. De hecho, para el expresidente, si Harris llega a la Presidencia, el país se convertirá en "Venezuela con esteroides".
Acalorado fue también el intercambio sobre los derechos reproductivos.
"No estoy a favor de una prohibición (del aborto), pero no importa, porque ahora son los estados los que están decidiendo", insistió Trump, después de que se le pidiera que aclare su postura ante la interrupción del embarazo.
Al respecto, Harris señaló que "el Gobierno y ciertamente Donald Trump no deberían decirle a una mujer qué hacer con su cuerpo", abogando por implementar nuevamente una protección federal al aborto, derogada por el Tribunal Supremo en junio de 2022.
