Japón se sumó a los países que justifican los bombardeos encabezados por Estados Unidos y el Reino Unido a varias posiciones militares de los rebeldes hutíes en una proclamada defensa de la libertad de navegación y del comercio internacional tras repetidos ataques a buques vinculados a Israel.
"Japón condena a los rebeldes hutíes que siguen dificultando el derecho y la libertad de navegar en el mar Rojo y en las aguas que rodean la península árabe", expresó este viernes el portavoz del Gobierno nipón, Yoshimasa Hayashi, después de que una decena países recurriera al derecho individual y colectivo a la autodefensa para explicar el ataque.
Estados Unidos, Reino Unido, Australia, Baréin, Canadá, Países Bajos, Dinamarca, Alemania, Nueva Zelanda y Corea emitieron un comunicado conjunto en el que subrayaron que la acción se produjo en defensa del comercio internacional y de quienes transitan por el mar Rojo, por donde circula casi el 15 % del comercio marítimo global.
En el alegato, sostuvieron que su objetivo es "reducir las tensiones y restaurar la estabilidad en el mar Rojo".
Hayashi dijo que Japón apoya la decisión de estos diez países y añadió que el bombardeo "es una medida para que la situación no vaya a más".
"Japón seguirá cooperando estrechamente con los países relevantes con el fin de proteger el derecho y la libertad de navegación y tomará las medidas necesarias para que se cumplan estos derechos y libertades", añadió el portavoz del Ejecutivo japonés.
El bombardeo a posiciones militares de los hutíes en al menos seis provincias del Yemen, llevado a cabo por Estados Unidos junto al Reino Unido y con el apoyo de otros países como respuesta a los ataques a buques comerciales, provocó que el movimiento chií respaldado por Irán declarase la guerra a esas naciones.