Un hecho insólito conmocionó a la localidad de Villa Carmela, en la provincia argentina de Tucumán, cuando un joven de 22 años irrumpió en su propio funeral al grito de "¡estoy vivo!", desatando el pánico y la confusión entre familiares y vecinos que lo velaban tras una errónea identificación de un cuerpo.
La historia se originó el pasado jueves por la madrugada, cuando un joven fue atropellado por un camión cerca del Puente Negro, según consignó La Nación. Tras el accidente, el cuerpo fue trasladado a la Morgue Judicial. Esa misma jornada, una mujer de Villa Carmela, ante la sospecha de que podría tratarse de su hijo, se presentó en la comisaría de Alderetes. Según declaraciones del jefe de la Unidad Regional Este, Carlos Daniel Ruiz, la madre reconoció los restos, lo que llevó a la Justicia a entregarle el cuerpo.
Una confusión con consecuencias
El ataúd fue velado en la vivienda familiar, lo que generó un dramático giro en la situación. En plena ceremonia, el joven, a quien todos creían muerto, apareció y sorprendió a los presentes.
"Hubo un lío tremendo. Muchos se espantaron, otros gritaron y lloraron. La verdad es que quedamos helados", relató una vecina de la zona a un medio local.
Tras la aparición, se dio aviso a las autoridades y el fiscal de la causa, Carlos Sale, ordenó entrevistar al joven. En su declaración, el muchacho afirmó no tener conocimiento de la confusión y de que su familia lo había identificado como la víctima. Asimismo, aseguró haber estado consumiendo drogas en Alderetes cuando ocurrió el atropello.
El cuerpo que fue entregado por error volvió a ser trasladado a la Morgue Judicial, donde permanece sin identificar. La Justicia busca ahora esclarecer la verdadera identidad del fallecido y determinar las responsabilidades en el procedimiento que desencadenó la confusión en el funeral. Este caso, que ha acaparado la atención en la región, refleja la complejidad y las consecuencias de los errores en las identificaciones forenses.