Una niña australiana de 12 años acudió al médico luego de que su familia pensara que tenía una infección de oído. Sin embargo, todos se impactaron luego de que los médicos le diagnosticaran una forma de cáncer de sangre infantil.
Según informó 9Honey, Sophie tuvo varias infecciones de oído que no parecieron mejorar durante meses, y todo empeoró en seis semanas.
La familia de la niña se preocuopó aún más cuando Sophie comenzó a desarrollar una serie de síntomas. La pequeña lloraba al final de su jornada escolar si su madre no conseguía un estacionamiento cercano, porque acusaba que tenía las piernas cansadas.
Además, se quejaba de constante dolor de estómago: debido a que su madre tiene celiaquía, pensaron que Sophie podria haberla heredado. La niña fue empeorando con el tiempo y los antibióticos ya no hacían efecto.
Diagnóstico "nunca antes visto"
Así, la llevaron a un centro médico para que le efectuaran un análisis de sangre y ecografías. Cuatro horas después, desde el recinto llamaron a la familia para que llevaran a Sophie rápidamente al hospital. Allí, les comunicaron que la niña padecía cáncer, algo "nunca antes visto" debido a que tenía muy altos recuentos de leucemia.
"Me di cuenta de que era serio. Pensé en un millón de cosas, todas corriendo por mi cabeza, pero ninguna de ellas era cáncer", agregó dijo la madre.
La pre-adolescente se sometió a transfusiones de sangre inmediatas y luego a cirugía para insertar un puerto en su pecho y así facilitar el tratamiento de quimioterapia.
Según relató su familia, Sophie inició la terapia al día siguiente, pero que su condición empeoró rápidamente y tuvo una reacción tóxica que casi la llevó a la muerte en Navidad.
Si la fiebre le llegaba a subir, tenía que ser llevada de urgencia al hospital para recibir tratamiento. Así, explicaron, perdió más de un año de colegio.
Una organización benéfica contra el cáncer ayudó económicamente a la familia y, tras múltiples tratamientos, Sophie se recuperó. Incluso, llegó a convertirse en campeona de karate.
