Bruno, un perro de rescate que salvó a nueve personas y fue premiado por la primera ministra italiana, Giorgia Meloni, fue asesinado con un cebo compuesto por una salchicha rellena de clavos, ha provocado indignación en Italia, donde era considerado un héroe.
El can belga, de siete años de edad, fue encontrado muerto el pasado viernes en un charco de sangre en el centro de adiestramiento de la unidad cinófila Endas a las afueras de Tarento, según los medios locales.
Bruno había intervenido en decenas de misiones para localizar a personas desaparecidas y había salvado a nueve personas, incluidos ancianos con Alzheimer y niños con discapacidad, además de haber colaborado con la Protección Civil y haber sido galardonado en varias ocasiones, incluido el premio le otorgó Meloni personalmente.
Las autoridades judiciales de Tarento ya iniciaron una investigación por muerte de animal con agravantes de crueldad y premeditación y están revisando imágenes de las cámaras de seguridad y recabando testimonios para localizar al autor.
"El objetivo real no era Bruno, era yo", denunció el dueño, Arcangelo Caressa, director técnico nacional y jefe de rescate veterinario, al explicar que había recibido amenazas en las últimas semanas por denunciar desde hace años malos tratos, tráfico ilegal de animales y peleas clandestinas.
Caressa, formador de unidades caninas antidrogas y antidisturbios, aseguró que sabe quien lo hizo y que fue una represalia: "Quieren que me haga a un lado. Pero no me rendiré nunca. Esto se hizo por dinero y por venganza", dijo, al tiempo que se mostró conmovido porque las muestras de cariño que ha recibido.
"Las personas que Bruno salvó me están llamando, lloran. No lo pueden creer. Él hizo más bien que muchos humanos", dijo su adiestrador con tristeza por la muerte del que calificó "como un hermano" para él.
La diputada y presidenta del Intergrupo Parlamentario por los Derechos de los Animales, Michela Vittoria Brambilla, dijo que la muerte de Bruno fue "horrible, larga y dolorosísima" e instó a aplicar la ley que sanciona con hasta cuatro años de prisión y multas de hasta 60 000 euros a quien asesine animales con crueldad.
La ola de indignación por la muerte de Bruno llegó hasta la primera ministra, que calificó el acto como "vil, cobarde e inaceptable", al igual que el presidente del Senado, Ignazio La Russa, que lo definió como calificó "un acto bárbaro e incivilizado" y pidió a las autoridades que aclaren los hechos.
El alcalde de Tarento, Piero Bitetti, lamentó públicamente el suceso de Bruno, calificándolo de "acto vil y desumano que hiere gravemente los valores de la comunidad".