Un reportaje de El País denunció por encubrimiento de un caso de abuso sexual registrado al interior de la Compañía de Jesús en Chile por parte de autoridades eclesiásticas de la congregación.
En concreto, la investigación da cuenta de que la víctima habría denunciado por la vía judicial y canónica a siete autoridades jesuitas y a otros 12 miembros de la congregación radicada en nuestro país, por presuntamente encubrir los abusos que habría sufrido en un colegio de la orden en un colegio Osorno entre los años 1982 y 1995 por parte del jesuita José Miguel Leturia, fallecido en 2011.
En total, el denunciante bajo el nombre ficticio de David, señaló a 21 personas por no haber actuado tras denunciar los graves delitos, entre los que se encuentran autoridades sacerdotes, rectores del colegio y autoridades de la orden, entre los que están los nombres de:
- Juan Ochagavía
- Guillermo Baranda
- Fernando Montes
- Eugenio Valenzuela (renunció en 2019 por acusaciones de abuso sexual)
- Christian Brahm
- Christian del Campo
- Gabriel Roblero
No fue hasta una década después de haber sufrido los abusos que David escribió dos cartas al provincial de la congregación, Guillermo Baranda, en donde recibió una "escueta respuesta".
"Me informó que recibiría una segunda carta una vez que se investigasen los hechos. Obviamente, nunca llegó", aseguró la víctima.
David además sostiene que "los principales instigadores de los delitos de encubrimiento y fraude procesal fueron los superiores jesuitas Guillermo Baranda y Juan Ochagavía, que aún siguen impunes ejerciendo el sacerdocio".
Tras esto, el afectado se volvió a contactar con la orden a través de un abogado, con el cuál desde los jesuitas le habrían ofrecido una "salida pactada", algo que David no aceptó, denunciando a Leturia ante los tribunales de nuestro país. Esta causa fue archivada por "falta de pruebas".
La investigación canónica contra el sacerdote no estuvo exenta de complicaciones para el denunciante, ya que este asegura que no declaró durante el proceso, y que en un documento enviiado a la Congregación para la Doctrina de la Fe en Roma, señalaron que éste era "una persona psicológicamente desequilibrada y emocionalmente inestable". Según David, "el fin era desacritar mi testimonio".
A pesar de lo anterior, Leturia fue condenado canónicamente en 2006, prohibiéndole de por vida el ejercicio sacerdotal, el acercarse a niños o niñas y el someterse a un tratamiento psicoterapéutico. Esta condena no le fue informada al denunciante.
"Todas las penas impuestas no se cumplieron y Leturia, quien gozaba de total libertad de movimientos, continuó abusando de niños de la calle o en grave riesgo social", aseguró el hombre.
Por otro lado, también envió cartas a las autoriades de la Iglesia, entre ellas, el entonces azrobispo de Santiago, el cardenal Francisco Javier Errázuriz. "Recibimos contestación del arzobispado en la que se indicaba que se harían algunas gestiones, sin concretar nada en particular. Nunca tuve ninguna noticia de ellas", aseguró el denunciante.
Ya en 2021 David dijo que pidió ayuda al actual arzobispo de Santiago, el cardenal Celestino Aós, asegurando que luego de esto la situación no mejoró. "Lo que han hecho es obstaculizar el proceso canónico y civil en Chile".