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La historia del vuelo 93, el sacrificio de pasajeros que evitó el destino terrorista

Este fue el cuarto avión secuestrado en el marco del 11-S, pero la valentía y sacrificio de sus pasajeros evitó que impactara con su más probable blanco: el Capitolio.

24horas.cl

El recuerdo a als víctimas del vuelo 93

Jueves 11 de septiembre de 2025

Hablar del 11 de septiembre de 2001, también conocido como 11-S, es rememorar los aviones secuestrados por terroristas para atentar contra puntos claves de Estados Unidos: las Torres Gemelas de Nueva York y el Pentágono en Washington.

Estos tres aviones dejaron una imagen que, pese a que ya han transcurrido 24 años de la tragedia que azotó a Estados Unidos y cambió al mundo para siempre, sigue latente en la mente de la humanidad.

Sin embargo, poco se hablar de un cuarto vuelo, el cual también tenía como destino un ataque terrorista, pero que por el valiente accionar de sus pasajeros evitó que la tragedia fuese aún más letal.

Se trata del vuelo UA93, cuyo más probable destino era el Capitolio en Washington, pero que la arremetida de sus viajeros evitó este mortal destino.

11-S: La historia del vuelo 93, el avión que no llegó a destino terrorista

El cronograma de aquel 11 de septiembre era claro: el vuelo 93 de American Airlines debía despegar a las 08:00 horas local desde el Aeropuerto Internacional de Newark, en Nueva Jersey, rumbo a San Francisco.

Memorial en el lugar en que se estrelló el vuelo 93

No obstante, el constante tráfico aéreo de la zona retrasó su salida, la cual solo se pudo concretar a las 08:42 horas.

Esto no generó mayores sospechas, considerando que era y es habitual estos cambios en ciudades tan pobladas como Nueva Jersey. Pero la verdad es que este retraso permitió salvar cientos, quizás otras miles de vidas.

El memorial a las víctimas del vuelo

7 miembros de la tripulación y 33 pasajeros vieron 4 terroristas tomaban el control del vuelo exactamente 46 minutos después de dejar la tierra, es decir, a las 09:28 horas, cuando dos ya habían escrito su mortal trayectoria contra las Torres Gemelas y era cosa de minutos para que el tercero se estrellara contra el Pentágono.

Ya con el control, el líder del secuestro, el libanés Ziad Jarrah comenzó a pilotear y dijo ante los parlantes:

"Señoras y señores: les habla el capitán. Por favor siéntense y permanezcan sentados. Tenemos una bomba a bordo. Así que siéntense".

A las 09:42 horas, el Centro de Comando de Estados Unidos dio una orden sin precedentes en el país: todos los aviones debían aterrizar de inmediato en el aeropuerto más cercano. En cosa de minutos, 4.500 aeronaves cumplieron la orden, menos uno; el UA93 apagó su transpondedor.

"Aprovechando" el retraso del despegue y el desorden al interior del avión, pasajeros lograron hacer llamadas desde el mismo, siendo informados de lo que estaba pasando.

El análisis de cajas negras e incluso películas, como Vuelo 93, dan cuenta de gritos, desesperación y caos por parte de pasajeros que intentaban detener el mortal objetivo de los terroristas.

"¡Alá es lo más grande!"

La BBC narró parte de estas escuchas, revelando que Jarrah, al ver cómo su plan de llegar a Washington se veía complicado por el actuar de los pasajeros, buscaba un plan B: destruir el avión como sea.

"En la caja negra quedan registrados los gritos y ruidos del forcejeo de la puerta, que se suman al sonido de platos y vidrios rompiéndose cada vez que Jarrah, el secuestrador que pilota, hace movimientos bruscos con el avión para intentar detener la revuelta de los pasajeros", sostuvo el medio.

Asimismo, el propio improvisado piloto le preguntaba a su grupo "¿Ya está? ¿Lo bajamos?". tras una serie de negativas, la orden final llegó a las 10:03 horas.

Tras gritar "¡Alá es lo más grande!" y confirmar que el actuar de los testigos frustró la llegada a destino, estrellaron el avión en un campo en Shanksville, Pensilvania. Todos murieron.

"Los pasajeros a bordo fueron capaces de moverse con mayor rapidez y efectividad de lo que nosotros pudimos. Fueron enormemente valientes y salvaron cientos de vidas", sostuvo en aquella ocasión Dick Cheney, ex vicepresidente de EE.UU.

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