Mientras Mitt Romney intentó este miércoles recuperar el terreno perdido con los latinos en Estados Unidos, Barack Obama hizo un "mea culpa" y reconoció que el mayor fracaso de su administración fue no haber podido aprobar una reforma legal migratoria.
Pese a su muestra de humildad, el presidente se apuró en explicar que la culpa de su fracaso se debe a las trabas impuestas por los representantes republicanos en el Congreso. "Como ustedes me recordaron, mi mayor falla hasta ahora es que no hemos puesto en marcha una reforma inmigratoria integral", dijo durante una entrevista con la cadena Univisión, en el marco de las conversaciones que mantienen los candidatos con la comunidad hispana.
"Pero no fue por falta de deseo. Obviamente el hecho de que no hayamos podido cambiar el tono en Washington es decepcionante", agregó y dijo, además que "no logramos que ningún republicano, ni siquiera los 20 que antes habían votado a favor de una reforma, se nos unieran".
"Al comienzo de su gobierno, usted tuvo el control de las dos cámaras del Congreso y aun así no ingresó la reforma inmigratoria", dijo el presentador de noticias Jorge Ramos al presidente. "Quiero que reconozca que no mantuvo su promesa", agregó.
Frente al cuestionamiento, el mandatario se excusó y dijo que la principal preocupación de sus primeros años de Gobierno fueron luchar contra la crisis económica. Pese a eso, aclaró que los esfuerzos por preparar el terreno para la legislación sobre inmigración se estancaron por la indiferencia republicana.
Si bien, Obama no ha cumplido cabalmente sus promesas con los latinos, el mandatario mantiene su liderazgo en la comunidad hispana, debido a sus propuestas como el Dream Act, que permite que jóvenes indocumentados retrasen su deportación.
En este marco, Barack Obama logró convencer a la audiencia y mantuvo su compromiso de regularizar la situación de los más de 11 millones de indocumentados latinos que hoy en día viven en Estados Unidos.