El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, se reunió con la familia de Nelson Mandela y alabó al héroe antiapartheid sudafricano que se encuentra gravemente enfermo.
La delicada salud de Mandela, de 94 años, una figura admirada mundialmente como un símbolo de la lucha contra la injusticia y el racismo, está dominando la visita de dos días de Obama a Sudáfrica.
Pero Obama también se enfrentó a las protestas de los sudafricanos contra la política exterior de Estados Unidos, especialmente los ataques con 'drones' estadounidenses.
La policía dispersó a cientos de manifestantes que se habían congregado alrededor del campus de Soweto de la Universidad de Johannesburgo, donde Obama iba a reunirse con estudiantes.
Obama, que se encuentra en Sudáfrica en la segunda parte de un viaje por tres países africanos, se reunió con los familiares de Mandela para darles un mensaje de apoyo en lugar de visitar directamente al ex presidente en el hospital, donde lleva ingresado tres semanas.
La reunión tuvo lugar en el Nelson Mandela Centre of Memory de Johannesburgo. Obama también habló por teléfono con la mujer de Mandela, Graca Machel, que permanecía al lado de su marido en el hospital en Pretoria.
"Le expresé mi esperanza de que Madiba obtenga paz y comodidad del tiempo que está pasando con sus seres queridos, y también expresé mi sincero apoyo para toda la familia, mientras pasan por este momento difícil", dijo.
Obama se reunió previamente con el presidente sudafricano, Jacob Zuma, y los dos celebraron una rueda de prensa conjunta en la que la Zuma dijo que Mandela seguía en "condición crítica pero estable".
La visita de Obama a Sudáfrica había provocado intensas especulaciones por si el primer presidente afroamericano de Estados Unidos visitaría al primer presidente negro de Sudáfrica en el hospital.