Derrota. Amargura. Frustración. Deben ser seguramente, algunas de las sensaciones con la que los miembros de la Misión de Observadores de Naciones Unidas en Siria (UNSMIS) abandonarán el país árabe, dentro de los próximos días.
Este jueves, el Consejo de Seguridad de la ONU, ordenó el fin de la misión de observadores en Siria.
El objetivo central de la UNSMIS, era poner en acción el plan de paz impuesto por la ONU, algo que se torno imposible, debido a la falta de acuerdo de los miembros permanentes del consejo.
No hubo consenso. Los miembros del Consejo no han conseguido firmar una resolución de castigo en contra de Siria y mucho menos, poner en marcha un proceso de transición a un gobierno democrático. Rusia y China, los grandes aliados de Asad, han impedido que el Consejo de Seguridad de la ONU, cumpla con su objetivo.
A pesar de este nuevo revés, Edmond Mulet, secretario general de las operaciones de mantenimiento de paz, dijo que un grupo de 20 a 30 personas de Naciones Unidas, permanecerán en una de sus oficinas en Damasco.
El proceso de retirada de los miembros de la misión se dará por concluida este domingo.