Xavi Martínez, pequeño de tres años, es la víctima de menor edad que sacudió a La Rambla, Barcelona, durante la semana pasada.
El chico estaba de paseo con sus tíos cuando aconteció el lamentable atentado terrorista. El dolor de los padres ha sido profundo, pero decidieron impulsar un esperanzador homenaje lleno de paz.
El padre declaró públicamente que "necesito abrazar a un musulmán. Que esa gente no tenga miedo. Necesito hacerlo”.
Su llamado fue atendido a las pocas horas por el imán, Dris Salym. El encuentro se produjo en el ayuntamiento de Rubí al frente de cientos de personas.
Los dos salieron del recinto para efectuar el acto prometido. El abrazo llegó y las lágrimas cayeron.
Un emotivo gesto que busca homenajear a las víctimas y no discriminar a la comunidad musulmana.
"También comparto el dolor con los familiares de los terroristas. Lo comparto. Somos personas. Somos muy, muy, muy, muy personas. No estoy hablando como si estuviera drogado. No tomo ningún tipo de pastillas: no las necesito. Estoy hablando con el corazón”, declaró Javier Martínez sin rencor alguno.