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Papa a nuevos cardenales: eviten "hábitos cortesanos e intrigas"

El Sumo Pontífice pidió a los 19 nuevos pupurados de la Iglesia Católica que "imiten la santidad y la perfección de Dios".

Elkjaer Lobos

Domingo 23 de febrero de 2014

El Papa Francisco se reunió este domingo con los 19 cardenales que nombró ayer, ocasión en que les pidió "evitar hábitos y comportamientos cortesanos, intrigas, habladurías, camarillas, favoritismos y preferencias".

En una eucaristía celebrada en la Basílica de San Pedro del Vaticano, el Sumo Pontífice dijo a los nuevos purpurados que "entran en la Iglesia de Roma, no en una corte".

"Que nuestro lenguaje sea el del Evangelio: 'Sí, sí; no, no'; que nuestras actitudes sean las de las Bienaventuranzas, y nuestra senda la de la santidad", indicó, agregando que hay que "imitar la santidad y la perfección de Dios puede parecer una meta inalcanzable (...) el comportamiento de Dios puede convertirse en la regla de nuestras acciones".

Siguiendo con su intervención, el Papa les señaló a los nuevos cardenales. "Permanezcamos unidos en Cristo y entre nosotros. Les pido su cercanía con la oración, el consejo, la colaboración. Y todos ustedes, obispos, presbíteros, diáconos, personas consagradas y laicos, únanse en la invocación al Espíritu Santo, para que el Colegio de Cardenales tenga cada vez más ardor pastoral, esté más lleno de santidad, para servir al Evangelio y ayudar a la Iglesia a irradiar el amor de Cristo en el mundo.

"Pero recordemos que, sin el Espíritu Santo, nuestro esfuerzo sería vano (...) con su fuerza creadora y renovadora, el Espíritu Santo sostiene siempre la esperanza del Pueblo de Dios en camino", afirmó.

Con estos nuevos cardenales -entre los que está el arzobispo de Santiago, monseñor Ricardo Ezzati- el número de los purpurados aumentó a 218, pero de ellos sólo 122 son electores porque no sobrepasan los 80 años de edad.

El Colegio Cardenalicio tiene como principal misión la de elegir al Sumo Pontífice en caso de fallecimiento o renuncia del anterior, así como brindar asesoría y consejo al Papa, tanto sobre el gobierno de la institución y asuntos relacionados con el sistema de creencias del catolicismo, como sobre cualquier otro tema de su interés.