Realizó su propia interpretación del Corán, fue acusado de herejía y la justicia decidió ejecutarlo.
Eso le habría sucedido a Mohsen Amir Aslani, un iraní de 37 años que fue imputado de insultar al profeta Jonás y de realizar innovaciones a las sagradas escrituras musulmanas. Como resultado: la justicia de Irán optó por terminar con su vida y decidió colgarlo.
Según reveló su familia, Amir Aslani, estuvo detenido durante nueve años por haber cometido herejía.
En su vida diaria se dedicó a la terapia psicológica, pero también fue lideró sesiones de lectura del Corán donde entregó sus propias interpretaciones del libro sagrado musulmán.
De acuerdo al reporte de activistas de Derechos Humanos, el ciudadano iraní fue colgado por realizar “innovaciones en la religión” y por “esparcir la corrupción en la Tierra”.
Estas acusaciones lo habrían transformado en un prisionero de conciencia a quien habrían asesinado por sus creencias religiosas.
"Mohsen lideró sesiones de lectura del Corán en su casa. Él tenía sus propios entendimientos sobre la religión y había publicado sus puntos de vistas en un libro que estaba disponible para sus fanáticos", señaló una fuente de Derechos Humanos citada por el periódico The Guardian.
Estas prácticas habrían sido cuestionadas por las autoridades que, además, acusaron al hombre de mantener relaciones sexuales inapropiadas con varias personas durante las sesiones de lectura del Corán.
La misma fuente, insinuó que el ministerio de Inteligencia estaba tras la ejecución de Aslani.
"Él fue inicialmente detenido por realizar innovaciones en el Islam y entregar sus interpretaciones del Corán, pero luego fue acusado de insultar al profeta Jonás y de haber mantenido relaciones sexuales fuera del matrimonio", explicó la fuente.
Estas inconsistencias han generado cuestionamientos en Irán, un país donde rige la ley de la Sharia, una estricta normativa que castiga con la muerte este tipo de acusaciones.
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