La policía turca logró decomisar 1.263 chalecos salvavidas falsos, los que iban a ser vendidos a refugiados e inmigrantes que buscan llegar al continente europeo por la vía marítima.
La operación fue perpetrada el día miércoles en una fábrica ubicada en el centro de la ciudad de Izmir, en donde además se encontró a 2 niños sirios dentro de las instalaciones efectuando trabajos.
Los chalecos confiscados correspondían a imitaciones de marcas reconocidas, teniendo un costo hasta 3 veces menor al que se ofrece comúnmente en el mercado por un producto auténtico. Estos salvavidas contenían en su interior un relleno de plástico, material de aislamiento y embalaje, materiales que impiden mantener el peso a flote.
Anteriores testimonios de los refugiados captados por los medios, señalaban que los chalecos salvavidas comercializados en las zonas costeras de Turquía no servían y que tenían dificultades para mantenerse a salvo en el agua.
Este hallazgo se produjo un día después de conocerse la tragedia en la que 31 personas fallecieron tras naufragar en el mar, en lo que sigue siendo una época difícil para los refugiados.