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Caos en Bolivia

El 70% de la policía boliviana no se encuentra en ejercicio, por lo que el Ejército debió asumir los trabajos para mantener la seguridad pública.

Mónica Ñancupán

Lunes 25 de junio de 2012

Los policías bolivianos que se mantienen amotinados desde el jueves pasado, arrojaron gases lacrimógenos contra los seguidores del presidente Evo Morales.

Los choques se produjeron cerca de la plaza Murillo de La Paz, donde están el palacio presidencial y el legislativo. Los amotinados, vestidos de civil y cubiertos con pasamontañas, bloquearon los ingresos a la plaza central, lanzando gases lacrimógenos contra campesinos y dirigentes sindicales y vecinales que pretendían instalar frente al Palacio de Gobierno una vigilia de apoyo a Morales.

La ministra de Comunicación, Amanda Dávila dijo que "el Presidente sigue de cerca los acontecimientos y mantiene su decisión de lograr una solución por vía democrática, evitando cualquier derramamiento de sangre".

El domingo, la mayoría de los sublevados rechazó un convenio que los líderes de la protesta firmaron con autoridades del Gobierno y jefes policiales.

"Vamos a continuar nuestra lucha, no queremos migajas sino una real nivelación de salarios con los de los militares", anunció Guadalupe Cárdenas, líder de una asociación de esposas de policías que firmó el convenio con el Gobierno y luego lo desconoció.

En tanto los frustrados seguidores de Morales, dijeron responder a un llamamiento gubernamental a "defender el proceso de cambio", denunciaron la "brutalidad" de los policías amotinados.

"Nuestra marcha era pacífica, pero fuimos dispersados con gases y palos. Los amotinados no pelean por salarios sino por cosas políticas", dijo a la radio estatal Patria Nueva el líder de la Confederación de Campesinos, Roberto Coraite, sumándose a la denuncia oficial de un supuesto plan golpista.