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Sra.K: "Mi país no acepta presiones ni amenazas"

El discurso de la Presidenta argentina estuvo marcado por el repudio a la muerte del embajador norteamericano en el Medio Oriente, por el rechazo a las críticas del FMI y por importantes anuncios que sin duda tendrán repercusión.

Paz Oyarzún

Martes 25 de septiembre de 2012

Un fuerte discurso fue el que dio la presidenta de Argentina, Cristina Fernández, en la Asamblea General de la ONU que se está realizando en Nueva York. La mandataria fue enfática en señalar su repudio al atentado que terminó con la muerte del embajador nortemaericano en Libia, Christopher Stevens. Añadió que no es casualidad que el atentado se haya provocado en ese lugar, ya que es ahí donde se origina el principal régimen de resistencia de Gaddafi. Para Fernández, es necesario tener una percepción de los problemas que se originan en el mundo y sobre todo, en el Medio Oriente para entender la necesidad de tener políticas diferentes orientadas a construir la paz.

Por otro lado, la presidenta de Argentina se refirió a la  crisis económica europea y dijo que no es más que una crisis de la deuda soberana donde los países deben más que su propio PBI, aludiendo específicamente a las protestas registradas hoy en Madrid.  La mandataria habló a partir de la experiencia que se vivió en su país admitiendo que Argentina fue un "conejillo de indias", producto de políticas neoliberales ya que llegó a deber 160 por ciento más de sus ingresos, producto de las políticas de endeudamiento.

Las palabras de Cristina Fernández estuvieron marcadas por la defensa que hizo a las políticas de proteccionismo implementadas en su país. "Son políticas de defensa para la sociedad, los trabajadores y empresarios frente a economías de países desarrollados que han sido los causantes de la crisis que estamos viviendo", señaló.

Además, reprochó  la falta de autocrítica del Fondo Monetario Internacional (FMI), quien sigue reclamando políticas de ajustes y amenazando a países como Argentina. La mandataria hizo notar la falta de parcialidad del Fondo señalando que si  el déficit en la cuenta corriente de Estados Unidos lo hubiera tenido cualquier otro país, lo hubieran censurado. Pero como se trata de quien maneja los dólares, moneda de reserva, queda separado de toda recomendación.

Fernández rechazó fuertemente las críticas hechas por la directora del FMI, Christine Lagarde, quien advirtió a Argentina una posible "tarjeta roja" si no ofrece información adecuada sobre el comportamiento económico e inflación. La Presidenta dijo que su país no es un equipo de fútbol y la crisis económica y política que viven es realmente grave. Dijo que Argentina tomará soberanas decisiones y que no están dispuestos a ser sometidos a presiones ni amenazas. En este contexto, la mandataria ironizó diciendo que el rol del Presidente de la FIFA ha sido más exitoso que el de la FMI, ya que "el FMI  lleva décadas intentando organizar economía del mundo y no lo ha logrado", dijo. Añadió que su nación ha reestructurado el 94 por ciento de su deuda y ha pagado siempre los compromisos asumidos.

En la parte final de su discurso, Fernández hizo dos importantes anuncios. El primero de ellos fue la próxima reunión entre los cancilleres de Argentina e Irán, para hablar sobre los atentados ocurridos hace algunos años en la embajada de Israel en Argentina La mandataria espera resultados exitosos para poder acceder a la justicia y conocer la verdad. Además, hizo un llamado al Reino Unido a acceder a la posibilidad de un diálogo para hablar sobre la soberanía de las Islas Malvinas, señalando que el próximo año "se cumplen 180 años de la usurpación".