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Presidenta de Brasil enfrentará a socialdemócrata Neves en segunda vuelta

Ambos protagonizarán el segundo round electoral el 26 de octubre. Una encuesta nacional hecha por Datafolha y difundida el sábado mostró que, en un balotaje, Rousseff se impondría a Neves con un rango del 48 al 42 por ciento de los votos.

24Horas.cl Tvn

Lunes 6 de octubre de 2014

La presidenta izquierdista de Brasil, Dilma Rousseff, quedó primera en las elecciones del domingo pero no logró suficientes votos para eludir una segunda vuelta con su rival pro mercados Aécio Neves, que mostró un sorpresivo repunte de última hora.

Después de la campaña más agitada en Brasil en décadas, en la que un candidato murió en un accidente de avión y su reemplazo subió como la espuma en los sondeos solo para quedarse al final en el camino, el resultado acabó siendo el que se esperaba hace un año: una pulseada entre dos partidos rivales que han gobernado el país en las dos últimas décadas.

Rousseff pasará las próximas tres semanas defendiéndose de un enérgico rival que culpa a sus políticas intervencionistas de la larga desaceleración económica, y que propone impulsar el libre comercio y una mayor disciplina en el gasto para recuperar la fe de los inversores.

A pesar de todo, Rousseff sigue siendo la favorita para ganar gracias a los logros de su partido en la reducción de la pobreza y la creación de puestos de trabajo durante los 12 años de la agrupación en el poder, y por una percepción generalizada de que el partido de centro de Neves, el de la Social Democracia Brasileña (PSDB), está comprometido con los ricos.

 

Un asesor de Rousseff, que habló bajo condición de anonimato mientras los resultados iban llegando, dijo que el equipo de campaña de la presidenta intentaría mostrar a la segunda vuelta como una carrera "de la elite versus la gente".

En sus primeras palabras después de la elección, Rousseff cargó duro contra el partido de Neves asegurando que quebró tres veces a Brasil y no promovió nunca políticas de inclusión social. Pero dijo que entendió el mensaje de cambio de las urnas y que si resulta reelecta haría "un segundo gobierno mucho mejor que el primero" porque los brasileños "ansían más avances".

Con casi el total de los votos contados, Rousseff -del Partido de los Trabajadores- lideraba con 41,58 por ciento de los sufragios frente al 33,56 por ciento de Neves, según resultados del Tribunal Superior Electoral (TSE). La presidenta no logró la mayoría de votos necesaria para eludir el balotaje.

 

Marina Silva, una prominente ambientalista que llegó a liderar los sondeos pero vio desinflarse abruptamente el apoyo al final de la campaña bajo acusaciones de cambiar de postura en temas como el sistema tributario o el matrimonio homosexual, ocupaba el tercer lugar con un 21,32 por ciento.

Eso le dio una ventana de oportunidad a Neves, un popular ex gobernador por dos períodos del estado de Minas Gerais y nieto de un político muy querido de la década de 1980, para presentarse como la alternativa más estable para los votantes que quieren un cambio de gobierno.

"Gracias Brasil!", escribió el candidato en su cuenta de Twitter @AecioNeves.

Neves y Rousseff protagonizarán el segundo round el 26 de octubre. Una encuesta nacional hecha por Datafolha y difundida el sábado mostró que, en un balotaje, Rousseff se impondría a Neves con un rango del 48 al 42 por ciento de los votos.

Pero Neves parece tener algunas probabilidades ciertas de ganar. Casi el 60 por ciento de los votantes de Silva han dicho en las urnas que le darían su apoyo a Neves, y el fulgor de su remontada el domingo podría ganarle más adeptos.

Los líderes del PSDB han dicho que intentarán ganar el apoyo formal de Silva, que dijo el domingo que su coalición sostendrá reuniones en los próximos días para discutir cualquier respaldo pero no dio ningún guiño ni a Neves ni a Rousseff. Cuando Silva acabó tercera en las elecciones del 2010 se mantuvo neutral.

Desde Belo Horizonte, Neves dijo el domingo que la mayoría de los votos en la primera ronda fue para candidatos que apoyan el cambio del actual gobierno.

En el comando de campaña de Rousseff en Brasilia, después de que se conocieron los resultados el domingo por la noche, el humor era taciturno.

"La segunda vuelta será mucho más dura para nosotros. El resultado es más estrecho de lo que esperábamos", dijo un asesor.

PROBABLE OPTIMISMO EN LOS MERCADOS

El inesperado resultado de Neves probablemente despertará el lunes optimismo en los mercados financieros de Brasil. En los últimos meses los inversores han estado demandando activos del país cada vez que parecía más posible un cambio de gobierno.

Luego de haber crecido a más del 4 por ciento anual durante un auge impulsado por las materias primas en la última década, la economía de Brasil ha tenido una expansión promedio menor al 2 por ciento bajo el mandato de Rousseff y muchos en Wall Street y en Sao Paulo no han escondido su deseo de políticas más pro mercados.

"(Neves) se ha convertido en un muy difícil adversario para Rousseff. Ha ganado músculo y nuevas energías", dijo Andre Cesar, un analista político.

Rousseff tiene una base sólida de apoyo entre la clase trabajadora, gracias a sus generosos planes sociales y el logro de su partido de reducir una de las mayores brechas del mundo entre ricos y pobres.

"Lo que está en juego es la continuidad", dijo Ana Augusta de Medeiros, una votante de 71 años en Rio de Janeiro. "Espero que sigan trabajando en nombre de los pobres".

Incluso después de las protestas masivas el año pasado, desatadas por el enojo ante casos de corrupción y deficientes servicios públicos, a Rousseff la ayudó el consistente bajo desempleo y el apoyo de su muy popular predecesor, Luiz Inácio Lula da Silva.

Pero otros piden un cambio, señalando los mediocres servicios de salud y educación y los cuellos de botella en la infraestructura que han hecho de Brasil uno de los lugares más caros y difíciles del mundo para hacer negocios.

"Dilma ya intentó. Las cosas que prometió no las completó", dijo Rosilene Silva de Jesus, de 29 años, que votó por Silva en Sao Paulo, la capital financiera del país.

Debido a la desordenada carrera, la campaña fue más ruidosa de lo habitual en un país donde los procesos electorales a veces se sienten más como un carnaval.

Los candidatos usaron a ejércitos de panfletistas y gente agitando banderas en las esquinas, mientras las canciones de campaña -muchas compuestas por músicos célebres- sonaban en coches y televisiones.

Pero el frenesí de esta año fue interrumpido por en agosto, cuando Eduardo Campos, el candidato presidencial original del Partido Socialista, murió en un accidente de avión.

Después de una semana de duelo, la carrera cambió totalmente cuando Silva, que se postulaba como su compañera de fórmula, tomó su lugar y trepó en las encuestas, sólo para desinflarse al final.

Fuente: Reuters