"¿Qué ha hecho el socialismo por ustedes?, ¿cuántas escuelas ha construido?, ¿cómo están los hospitales?, ¿no creen que llegó la hora de avanzar?", ha preguntado enfático e insistentemente en su gira Henrique Capriles, candidato opositor a Hugo Chávez que ha demostrado en su intensa campaña que está dispuesto a "dejar la piel" por ser el próximo presidente de Venezuela.
Con su tono pausado y breves discursos, el gobernador de 40 años se ha dado baños de multitudes en su país, desde las remotas villas amazónicas a los peligrosos barrios capitalinos, en una intensa campaña que lo llevó a visitar casi 300 pueblos y perder kilos.
En varias oportunidades ha sido indicado por sus adversarios como un títere de las élites empresariales y Estado Unidos, pero Capriles sigue llevando un mensaje simple a los venezolanos: "podemos estar mejor".
Su estrategia de campaña ha sido recorrer el país "casa por casa" para entregar una imagen activa y cercana que contrasta con el menor ritmo de campaña de Chávez, quien enfrentó en menos de un año tres cirugías y dos severos tratamientos por un cáncer de pelvis.
Debido a su postura de hacer a la nación OPEP más amigable al sector privado y a la inversión foránea, el Gobierno asegura que en realidad esconde un plan de ajuste "neoliberal" con el que desaparecerían las multimillonarias "misiones" en educación, salud y alimentación que sostienen la popularidad del actual presidente.
Capriles, descendientes de polacos-judíos, cursó estudios superiores en Amsterdam y Nueva York. Es proveniente de una acaudalada familia de empresarios que cuenta con una cadena de cines y medios de comunicación. Sin embargo, se declara centro izquierda y asegura que seguirá los pasos del modelo mixto brasileño, una economía de mercado con fuerte acento social. "Mi revolución es que el pueblo tenga agua, luz y empleos con calidad", aseguró el abogado en septiembre pasado.
De ganar las próximas elecciones, el candidato unitarios de los partidos opositores a Chávez podría coronar su meteórica carrera política en la que ha sido diputado, alcalde y gobernador; además de arrebatarle a su locuaz rival el título de presidente más joven de la democracia.
