Este lunes, Afganistán inició una nueva era tras la caída del gobierno civil en manos de los combatientes talibanes, a casi dos décadas desde que las tropas estadounidenses los expulsaran del país.
Pese a que las fuerzas de seguridad afganas estaban bien equipadas y financiadas, opusieron poca resistencia a los militares talibanes en el momento en que se apoderaron de gran parte del país luego de la retirada de las tropas de Estados Unidos a principios de julio.
El presidente afgano, Ashraf Ghani, dejó el palacio presidencial a los talibanes y huyó del país.
Este rápido avance de los combatientes por el país ha conllevado a interrogantes sobre cómo pudieron alcanzar el poder tan pronto luego de la retirada estadounidense de Afganistán y qué es lo que buscan luego de casi 20 años de conflicto en la guerra más larga de Estados Unidos.
¿Quiénes son los talibanes?
Los talibanes fueron formados en 1994 por excombatientes de la resistencia afgana, conocidos como muyahidines, quienes se enfrentaron a las fuerzas soviéticas en 1980.
Buscaban imponer su interpretación de la ley islámica en Afganistán y eliminar influencias extranjeras.
Luego de que capturaran Kabul en 1996, hubo reglas estrictas establecidas por la organización islamista sunita, como que las mujeres tenían que cubrirse de la cabeza a los pies, que no se les permitía estudiar ni trabajar, además de que se les prohibía viajar solas.
Junto con ello, no se permitió la televisión, música y fiestas no islámicas.
Fue después del 11 de septiembre de 2001 cuando todo cambió. 19 hombres secuestraron cuatro aviones comerciales estadounidenses y estrellaron dos contra las Torres Gemelas del World Trade Center, uno contra el Pentágono y otro con destino a un campo en Pensilvania. Más de 2.700 personas fallecieron en aquellos ataques.
Todo fue ideado por el líder de la organización Al Qaeda, Osama bin Laden, quien operaba desde el interior de Afganistán controlado por los talibanes. A menos de un mes del ataque, las fuerzas de Estados Unidos y aliadas invadieron aquel país para evitar que los talibanes dieran refugio a la agrupación terrorista y para que dicha organización utilizara a Afganistán como base de operaciones terroristas.
Desde que fueron expulsados, han librado insurgencia contra las fuerzas aliadas y el gobierno afgano, respaldado por Estados Unidos.
El acuerdo de paz con Donald Trump
Cuando recién asumió como presidente de Estados Unidos, en 2017, los talibanes le enviaron una carta a Donald Trump, en donde le solicitaron que retirara a sus tropas de Afganistán.
Tras años de negociaciones, la administración del entonces mandatario y los talibanes firmaron un acuerdo de paz en 2020. Así, Estados Unidos acordó retirar sus fuerzas y liberar a unos 5.000 prisioneros talibanes, mientras que la otra parte prometió tomar medidas para evitar que cualquier grupo o persona, incluido Al Qaeda, utilizara Afganistán para amenazar la seguridad estadounidense o la de sus aliados.
Sin embargo, la paz no llegó y la violencia alcanzó sus niveles más altos en dos décadas. Según un informe del Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, aumentaron su control de las franjas más amplias del país y en junio disputaron o controlaron entre el 50% y el 70% del territorio fuera de los centros urbanos.
El reporte señaló que el mensaje de los talibanes "sigue siendo intransigente y no muestra signos de reducir el nivel de violencia en Afganistán para facilitar las negociaciones de paz con el gobierno del país y otras partes interesadas afganas".
¿Qué buscan los talibanes?
Han intentado presentarse como diferentes a su pasado, señalando estar comprometidos con el proceso de paz, con un gobierno inclusivo y que están dispuestos a mantener algunos derechos para las mujeres.
Sohail Shaheen, portavoz de los talibanes, sostuvo que las mujeres aún podrían continuar estudiando desde educación primaria a superior, junto con que diplomáticos, periodistas y organizaciones sin fines de lucro pueden continuar trabajando en el país.
Según reporta CNN, además sostuvo que "ese es nuestro compromiso, proporcionar un entorno seguro y que puedan llevar a cabo sus actividades para el pueblo de Afganistán".
"Los talibanes pueden presentarse a sí mismos como aquellos que resisten y luchan contra la ocupación, que es algo cercano y apreciado por lo que significa ser afgano. Mientras que eso es algo mucho más difícil de reclamar para el gobierno, o para las fuerzas militares que luchan para el gobierno", cerró.