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Escándalo del Servicio Secreto: "Quiero mi dinero, baby"

Mientras las investigaciones continúan, una de las prostitutas que estuvo con los agentes norteamericanos en Colombia dio su testimonio.

Javiera Salinas

Jueves 19 de abril de 2012

Sentada en el living de su casa, con una minifalda de mezclilla, un top spandex con un escote pronunciado y zapatos de taco alto, una de las prostitutas que estuvieron en las habitaciones de los agentes del Servicio Secreto estadounidense contó detalles del hecho que generó gran polémica en el círculo de confianza de Barack Obama.

La mujer de 24 años, que prefiere ser definida como escort o chica de compañía, señaló que junto a una compañera conocieron a dos sujetos en un bar, que luego las invitaron a su habitación en el Hotel Caribe.

"Nunca me dijeron que estuvieran con Obama. Fueron muy discretos", dijo la joven al diario The New York Times.

Según la prostituta, que no dio su nombre al diario neoyorkino, tuvo problemas con el agente debido a que no hablaban el mismo idioma, por lo que el sujeto no supo que la mujer cobraba 800 dólares por sus servicios. La sorpresa se la llevó ella a la mañana siguiente, cuando el oficial del Servicio Secreto sólo quiso pagarle 30 dólares.

"Le dije 'Quiero mi dinero, baby'", sostuvo.

En ese momento se desató la disputa que permitió que el mundo entero conociera el escándalo que enturbio el trabajo de los encargados de la seguridad de Obama. La mujer pidió ayuda a su compañera, que compartía con otro agente, mientras los hombres trataban de sacarlas de las habitaciones.

Los sujetos lograron juntar 225 dólares para pagarle a las prostitutas, pero en la pelea ya estaban involucrados policías colombianos.

Según informa The New York Times, la mujer se enteró días después del escándalo y de que el hombre con el tuvo relaciones sexuales trabajaba para Obama. También dice que teme a las represalias porque "esto es muy importante, es el gobierno de Estados Unidos".

"Tengo ataques de nervios, lloro todo el rato", agregó.

El Servicio Secreto sigue bajo la investigación del Congreso, luego que once agentes y varios militares, Marines incluidos, contrataran prostitutas en Cartagena de Indias, donde Barack Obama participaba de la VI Cumbre de Las Américas. Debido al escándalo, tres oficiales dejaron sus cargos y el jefe militar de Estados Unidos, Martin Dempsey, señaló estar avergonzado.