A un año del doble atentado explosivo que cobró la vida de tres personas en el maratón de Boston, este lunes se celebra una vez más el famoso evento deportivo bajo un intenso resguardo de seguridad.
Para evitar una tragedia como la ocurrida el 15 de abril de 2013, donde más de 400 personas resultaron heridas producto de la explosión de dos bombas caseras en la línea de meta, la organización dispuso a 3.500 efectivos de seguridad en las calles.
Además de los policías, se dictaminó una serie de medidas para prevenir otro ataque similar, entre las que se incluye la prohibición del uso de mochilas en los corredores, así como también en el público que vaya a alentar a los atletas.
La Asociación de Atletismo de Boston determinó, además, que botellas con más de un litro de agua, ropa que cubra los rostros e indumentaria abultada, tampoco serán permitidas este lunes en la ciudad.
Además, no podrán ser utilizadas en el evento banderas muy llamativas de un tamaño superior a los 27 centímetros de alto y 43 centímetros de largo.
"Sabemos que muchas personas quieren participar de alguna forma en el maratón de Boston de este año como una muestra de apoyo, pero le pedimos a aquellos que no son participantes oficiales que se abstengan de ingresar a la pista por la seguridad de los corredores y de ellos mismo", dijo la Asociación de Atletismo de Boston en un comunicado.
Unas 36.000 personas, la segunda mayor afluencia de la prueba en sus 118 años de historia, participarán del evento deportivo.
Varios corredores entrenaron durante el año para lograr los tiempos de calificación necesarios para entrar a la maratón, mientras que otros se comprometen a recaudar miles de dólares para la caridad.
Hasta la fecha sólo hay un detenido por los atentados del maratón de Boston, los cuales fueron atribuidos a dos hermanos de origen checheno.
Foto: Agencia Reuters