Las autoridades rusas confirmaron que el avión que se dirigía a San Petesburgo y que cayó en la zona de Sinaí, en Egipto, fue derribado por acción de un ataque terrorista.
El dictamen fue entregado por el jefe del Servicio Federal de Información, Alexánder Bornikov, quien aseguró que un artefacto de 1,5 kilogramos de trilita provocó la "desintegración" de la aeronave en el aire.
Cabe recordar que los gobiernos de Rusia y Egipto habían descartado la presencia de terceros en el accidente, en donde murieron las 224 personas que iban a bordo.
No obstante, el análisis a la caja negra y los restos de explosivos encontrados en el avión permitieron ratificar que se trató de un ataque planificado.