Lo negó todo. Silvio Berlusconi, el ex primer ministro italiano que está acusado de incitar la prostitución de menores y abuso de poder, rechazó las acusaciones en su contra formulada en el bullado "caso Ruby".
En una declaración voluntaria ante la fiscalía, "Il Cavaliere" negó haber realizado fiestas sexuales en su hogar, donde habrían participado menores de edad. Además, rechazó haber ejercido presión contra la policía, cuando arrestó a Ruby, una prostituta marroquí de entonces 17 años que dijo ser familiar del ex dictador de Egipto, Hosni Mubarack.
"Desmiento, con toda tranquilidad, que jamás se hayan producido escenas sexuales en mi casa", dijo categórico Berlusconi, quien agregó que "nunca hice presiones sobre los funcionarios de la policía de Milán. Solo me limité a pedir informaciones. La chica me había dicho que era egipcia y que pertenecía a una familia vinculada por parentesco a la de Mubarak, y quería evitar un escándalo diplomático".
Durante su presentación en la corte, Silvio Berlusconi dijo, además que "jamás en mi vida he pagado para mantener una relación sexual. Ninguna de las invitadas a mis fiestas eran escorts, hasta dónde yo sé".
El magnate aseguró que "se han fomentado rumores sobre los encuentros en mi residencia privada con claras intenciones difamatorias, y con una violación de la privacidad de un ciudadano. Esos encuentros se desarrollaban con cenas en las que yo estaba en el centro de la mesa y monopolizaba la atención cantando, hablando de política, deportes y sociedad".
Hasta el momento, Berlusconi sólo ha reconocido haber llamado a la policía para pedir información sobre la joven detenida y dijo que uno de sus tesoreros le pagó a la chica para evitar que hablara en público.
De ser considerado culpable de las acusaciones, el ex premier arriesga hasta quince años de prisión.
