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Sobrevivientes de ataques en Copenhague: "Los niños lloraban y cuidábamos de ellos"

Los ataques de este sábado a un centro cultural y a una sinagoga en la capital danesa, Copenhague, mantienen en alerta al país por otros tiroteos de corte terrorista.

Francesca Cassinelli

Lunes 16 de febrero de 2015

El pasado sábado 14 de febrero un hombre de 22 años disparó contra dos recintos en la capital de Dinamarca, Copenhague.

Primero ingresó a un debate sobre la libertad de expresión disparando una ametralladora. Luego atacó en las cercanías de una sinagoga. Los dos ataques produjeron dos muertos y cinco lesionados.

Lee a continuación el relato de tres sobrevivientes de los ataques, que aún no han sido explicados por la policía y del que sólo se habla como "posible terrorismo".

EN EL DEBATE

Helle Merete Bix fue una de las organizadoras del debate titulado "Arte, blasfemia y libertad de expresión", instancia que irónicamente fue interrumpida cuando un sujeto disparó con una metralleta contra los asistentes que se hallaban en el centro cultural en que se realizó.

En el lugar falleció un director de cine, y los demás asistentes alcanzaron a obedecer a los gritos de un guardia que les gritó que escaparan: "escuchamos todo el ruido. Lo siguiente que pasó fue que seguridad dijo a todos que corrieran tan fuerte como pudieran", relató Helle a ABC.

Merete está enormemente agradecida de la labor del personal de seguridad, que inmediatamente disparó contra el atacante: "(de no ser por ellos) él podría haber entrado disparando, y algo como lo de Charlie Hebdo pudo haber sucedido", dijo, a la vez que lamentó que tres personas del equipo de seguridad resultaran heridos.

Luego de correr, los asistentes a la charla se refugiaron en una bodega del recinto: "Nos tomamos de las manos y contamos chistes malos", recuerda Helle, quien dice no sentir culpa por organizar el debate que llevó al ataque: "Hay sólo una persona que culpar y esa es la persona que disparó".

EN LA SINAGOGA

Anat Taboul relata los tensos momentos que pasó escondida en un sótano junto a su esposo Yoav y su hijo de trece años luego de que -mientras asistían a un Bar Mitzvah- un guardia apagara bruscamente la música y les advirtiera que debían esconderse.

Tras el aviso los asistentes corrieron al subterráneo y esperaron por dos horas, temiendo lo peor. "Teníamos miedo de que los terroristas estuviesen en el edificio, pero no podíamos discutirlo porque queríamos proteger a los niños", relató Anat al Independent.

En el subterráneo sólo una persona, de entre todos los asistentes al Bar Mitzvah, logró tener señal en su celular. Gracias a eso supieron que había ocurrido un tiroteo en la sinagoga y que la ciudad de Copenhague (Dinamarca) estaba bajo alerta.

El esposo de Anat, Yoav, relata que su mayor preocupación eran sus hijos: "Sólo nos sentamos ahí y los niños lloraban y cuidábamos de ellos", relató.

Cuando seguridad comprobó que no había peligro, el mismo guardia que les advirtió que debían esconderse los fue a buscar para evacuarlos al mismo lugar donde horas antes había llevado a los sobrevivientes del ataque al centro cultural.

"Tenían psicólogos para ayudar a los niños. Era una situación de crisis real", recordó Yoav.

Foto: Reuters.