A partir de mayo, Suiza comenzará una batalla propia contra la inmigración de Europa del Este, por lo que las autoridades decidieron disminuir la cuota en los permisos de trabajo que se extienden para los ciudadanos de ocho países de la Unión Europea (UE): Polonia, República Checa, Hungría, Estonia, Letonia, Lituania, Eslovaquia y Eslovenia.
Para cumplir esta medida, Suiza activó la cláusula de salvaguarda incluida en el acuerdo firmado en Bruselas en 2002, por lo que desde el 1 de mayo, el gobierno helvético sólo concederá dos mil cupos de trabajo.
Además, aclaró que la decisión no será retroactiva, por lo que los 53 mil ciudadanos que obtuvieron permisos de estancia durante 2011 no serán afectados.
Suiza es parte del proyecto Schengen, que permite la libre circulación de personas en 22 países comunitarios. La decisión de su gobierno radica en la crisis económica que afecta a la Zona Euro. Hasta el momento, es una de las naciones europeas que se ha visto menos afectada, con una tasa de desempleo de 3,2%.
En tanto, la UE acusó al Ejecutivo helvético de romper el convenio sobre la libertad de movimiento, ya que "éste no permite ninguna diferenciación entre los ciudadanos de la Unión Europea".
"Esta medida no está justificada económicamente por la situación del mercado de trabajo ni por el número de ciudadanos europeos que buscan residencia en Suiza", señaló en un comunicado la jefa de la diplomacia comunitaria, Catherine Ashton.