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Tensión en el Mar de China

Japón repatria a un grupo de activistas chinos que reivindican unas islas deshabitadas.

Carlos Serrano

Viernes 17 de agosto de 2012

Japón envió este viernes de vuelta a casa al primer grupo de activistas chinos detenidos tras desembarcar en una isla cuya soberanía reclaman tanto Tokio como Beijing. La decisión fue agradecida por China, quien, sin embargo, no perdió la oportunidad de advertir a su vecino en contra de una mayor escalada de la tensión en el Mar de la China Oriental, cuyas aguas andan bastante revueltas estos días.

Japón y China, las mayores economías de Asia, llevan enfrascados en una agria polémica desde que los activistas fueron detenidos este miércoles, después de que llegaran en barco a las islas rocosas y deshabitadas conocidas como Senkaku en Japón y Diaoyu en China.

 

Un total de cinco activistas y dos periodistas chinos fueron enviados en avión desde Okinawa a Hong Kong, donde tuvieron una recepción como héroes. Se espera que los 14 restantes del grupo "invasor" vuelvan a casa en barco, en un viaje que podría durar cuatro días.

En el aeropuerto internacional de Hong Kong, una multitud de personas aplaudió cuando aparecieron, en medio de banderas chinas y una pancarta que decía "Desembarco exitoso en las islas Diaoyu. Los activistas muestran su ambición".

 

En medio de estas emotivas escenas, los hombres insistieron en la soberanía china sobre las islas y denunciaron como ilegales las acciones del país del sol naciente. "Las Diaoyu son parte de China", afirmó Tsang Kin-shing ante la masa de periodistas y cámaras que se congregó en la puerta de llegadas.

La agencia oficial china Xinhua dijo en un comentario que "esta vez, el Gobierno japonés ha liberado rápidamente a los chinos ilegalmente detenidos en Diaoyu, una decisión inteligente para evitar el deterioro de las relaciones chinojaponesas. Sin embargo, el siguiente paso del Gobierno japonés es crucial para evitar que siga subiendo la tensión sobre las islas Diaoyu y se dañen más las relaciones chinojaponesas. Respetando los hechos históricos y los sentimientos del pueblo chino, deben terminar lo antes posible con esta absurda farsa de la 'compra de las islas'".

El gobernador nacionalista de Tokio, Shintaro Ishihara, ha propuesto que el Gobierno Metropolitano de la capital nipona compre las islas a sus dueños privados. El primer ministro, Yoshihiko Noda, quiere por su parte que sea el Ejecutivo central el que haga la compra.

En un signo de que la disputa territorial en la zona está lejos de sofocarse, el ministro de Finanzas japonés, Jun Azumi, aplazó un viaje a Corea del Sur para reunirse con su homólogo, que estaba programado para el 24 de agosto. La razón de esta suspensión es la visita que hizo el presidente surcoreano, Lee Myung-bak, a otras islas en disputa hace una semana.

Japón revisará igualmente un acuerdo bilateral de intercambio monetario firmado en 2011 con Corea del Sur, según informó Azumi, sugiriendo que Tokio estudiará poner fin al acuerdo antes de que expire en octubre.

Japón ocupó parte de China durante la Segunda Guerra Mundial y colonizó la península coreana, una actitud beligerante que sigue complicando las relaciones entre los tres países casi siete décadas después del fin del conflicto.

Beijing exigió la inmediata liberación de sus ciudadanos tras su llegada a la isla, ubicadas en una sensible zona que podría albergar grandes reservas de gas.

La decisión de Tokio de liberarlos tras interrogarlos fue interpretado como un intento de enfriar la situación y no empeorar un pulso entre dos países con estrechos lazos económicos a pesar de su complicada historia común y su rivalidad actual por los recursos naturales y el predominio regional.