"Estábamos mojados y cubiertos de sangre. Pensé que era una cosa de tiempo para que fuera golpeada", aseguró Tonje Branna, líder de la juventud del Partido Laborista noruego, quien entregó su testimonio en la juicio contra Anders Berhing Breivik, el responsable confeso de la muerte de 77 personas durante el doble atentado ocurrido en Oslo el año pasado.
La joven, quien sobrevivió a la masacre haciéndose pasar por muerta, reveló en el tribunal que el llamado "Carnicero de Oslo" emitió "sonidos de alegría" durante el tiroteo que cobró la vida de 69 campistas. Branna relató que "corrí a toda velocidad hacia donde pensé que estaban lanzando fuegos artificiales. A la vuelta del camino, detrás del café, dos o tres personas cayeron al suelo delante de mí. Pensé inmediatamente que les habían disparado".
Tonje declaró que se percibían escenas de pánico en el lugar. Contó, además, cómo se escondió entre las rocas de la isla con una niña pequeña que estaba sangrando. "Traté de parar la hemorragia y mantenerla despierta. Luego una persona aterrizó en mi pie, con la cabeza sangrando. La gente estaba cayendo, escuchamos a personas golpeando las rocas. Pudimos susurrar un poco y le dije a la niña que mañana estaríamos en casa, que veríamos las películas de los sábados con nuestros padres y comería palomitas de maíz. Pero había un sentimiento de abandono y desesperanza. Nadie pudo hacer nada".
El siguiente en declarar fue Oddvar Hansen, dueño del bote que ayudó al rescate de sobrevivientes desde la isla. El hombre señaló que "hubo muchos disparos. Entendimos que tenía que ir al lago. Tomé mi chaqueta, mis zapatos, las llaves del bote y partimos". Según su testimonio, lo más difícil de la situación fue decidir a quién rescatar".
Según un testigo del juicio, Breivik habría sonreído durante el testimonio. Luego, el asesino le habría expresado su frustración al juez por no haber podido intervenir durante los testimonios. El "Carnicero de Oslo" dijo que "tenía muchas preguntas que hacer a los testigos".