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Turistas aseguran estar decepcionados por huelga que mantiene cerrada la Torre Eiffel

El gran icono de París, visitado cada año por seis millones de turistas, permanece cerrado debido a un conflicto laboral entre la dirección y los trabajadores.

Agencia AFP

© AFP

Jueves 2 de agosto de 2018

La Torre Eiffel, el gran icono de París visitado cada año por seis millones de turistas, permanecía cerrada este jueves por segundo día consecutivo debido a una huelga de trabajadores, dejando a cientos de turistas decepcionados.

"Estoy muy triste, porque venimos desde Canadá", señaló Adèle Liliane, que se llevó el jueves la mala sorpresa de encontrar cerrada la llamada "dama de hierro".

El cierre se debe a un conflicto laboral entre la dirección y los trabajadores sobre el nuevo sistema de entrada al monumento, que según el personal está generando largas filas de espera.

 

La Torre Eiffel dejó de recibir a visitantes el miércoles por la tarde tras la suspensión de las negociaciones entre la dirección y los sindicatos.

Varios turistas se mostraron indignados por el cierre. "Claro que quiero subir. Es la TorreEiffel, cuando vienes a París quieres ver la Torre Eiffel", dijo a la AFP Robin Frye, un turista inglés. "Es frustrante. Francamente arruina todo nuestro viaje", agregó, molesto.

 

"Es una pena llegar a este punto, penalizar a la gente, pero hicimos todo lo posible para evitarlo", dijo a la AFP Denis Vavassori, representante de la CGT.

La compañía que gestiona la Torre Eiffel, SETE, señaló por su parte en un comunicado que "es consciente de la decepción de los visitantes debido al cierre del monumento y en su impacto en la imagen tanto de la ciudad como del país".

"Estamos haciendo todo lo posible para retomar las visitas lo antes posible", agregó.

"Reabrir lo antes posible"

Las negociaciones con los sindicatos se reanudaron el jueves por la mañana. La dirección propuso un acuerdo, que está siendo discutido, para "reabrir el monumento lo antes posible".

Los sindicatos de los trabajadores están descontentos con la decisión de asignar elevadores separados a los visitantes que reservan boletos por internet y a los que los compran en las taquillas.

La dirección decidió también a principios de julio reservar la mitad de las entradas diarias a los clientes en internet, frente a 20% antes.

 

Los empleados afirman que estos cambios han resultado en filas desequilibradas en la que los visitantes sin boletos pueden esperar hasta tres horas y los que adquirieron sus boletos en la web hasta una hora, pese a que en principio éstos reservaron su hora de visita.

Pero esta no es la primera vez que el monumento cierra sus puertas a los turistas. En abril permaneció cerrada durante varios días por una huelga de personal.