Un ataque aéreo dirigido por las tropas del gobierno sirio de Bashar Al Assad, terminó con la vida de sus dos hijos, de 7 y 10 años.
Desde entonces esta mujer de 36 años, sólo tiene un objetivo, luchar contra el horror desplegado por el régimen de Al Assad en su país. Maestra de profesión, decidió dejar a un lado sus clases de inglés en una escuela de secundaria para empuñar un arma en el frente.
En Alepo, la ciudad más grande de Siria, ya es conocida como “la mujer francotiradora”. Ella se hace llamar “Guevara”, en honor al guerrillero argentino.
En un país de ambiente islámico, tan conservador con las mujeres, “Guevara” se ha ganado el respeto de su guerrilla, en la que combaten más de 30 hombres y chicos, algunos de sólo 16 años de edad.
Esta mujer asegura que siempre se opuso al régimen de Bashar Al Assad desde sus días de estudiante universitaria, aunque nunca se imagino luchando.
“Me gusta combatir. Cuando veo que uno de mis compañeros es asesinado, siento que debo levantar mi arma y tomar revancha”, declaró al diario británico Telegraph.
Guevara asegura hacer abatido ya al menos a cinco soldados en diversos intentos del Ejército por tomar la ciudad.
“No es fácil ser una francotiradora. Tienes que ser silenciosa, cuidados e inteligente. No dejar que te disparen primero. Tienes que ser paciente, y a veces esperar durante horas”, asegura.
Guevara sostiene que en los últimos meses ha visto más de 100 cuerpos y en varias ocasiones estuvo a punto de morir por ataques enemigos, incluso le explotó una bomba al lado del auto donde viajaba.
Ataviada con ropas oscuras y de camuflaje, suele ocultarse entre los escombros, aguardando el momento de tener en la mira al enemigo.
“La gente se va a casa al atardecer. Cuando las calles se despejan es buen momento para disparar a los soldados”.
Guevara confiesa, sin embargo, que en ocasiones tiene pesadillas y se despierta en medio de la noche llorando por sus hijos y por el constante horror que se vive a diario en Siria.
A pesar de todo, Guevara sale todos los días a las peligrosas calles de Alepo en busca de su venganza.