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Vía Crucis: Papa Francisco llamó a ayudar "a los que sufren"

El Santo Padre encabezó la ceremonia desde el Coliseo Romano, lugar en que hizo pidió "recordar a las personas abandonadas" y denunciar "la monstruosidad del hombre" cuando deja que el mal lo guíe.

Francisco Guerrero

Sábado 19 de abril de 2014

Los problemas de los inmigrantes, pobres, enfermos, desempleados, ancianos y presos dominaron la conmemoración del Viernes Santo del Papa Francisco en el Coliseo romano, donde encabezó la ceremonia en que los católicos recuerdan la muerte de Jesús.

El Papa, en la segunda Semana Santa de su pontificado, encabezó el tradicional "Via Crucis" (Camino de la Cruz) alrededor de las antiguas ruinas romanas.

Desde su silla, en el Monte Palatino y orando de rodillas con frecuencia, Francisco escuchó atentamente las meditaciones inspiradas en las 14 estaciones de la cruz, que se leyeron ante miles de personas con velas.

Parejas de inmigrantes, presos, desvalidos, ancianos, mujeres, minusválidos, ex adictos a las drogas se turnaron para llevar una gran cruz entre cada una de las estaciones, que describen los principales eventos de la vida de Jesús según la narración bíblica.

Este año las meditaciones fueron escritas por el arzobispo italiano Giancarlo Maria Bregantini, quien ha estado en la vanguardia de la lucha contra el crimen organizado en el sur de Italia y es uno de los prelados más progresistas.

Una de ellas habló de "todos esos males que creó la crisis económica y sus graves consecuencias sociales: inseguridad laboral, desempleo, despidos, y una economía que dirige más que sirve, especulación financiera, suicidios de empresarios, corrupción y usura, y la pérdida de la industria local".

Otras meditaciones se refirieron a las mujeres golpeadas, niños abusados, ancianos solitarios y recluidos, prisioneros que sufren tortura y las víctimas del crimen organizado y los usureros.

CAMA DE DOLOR

"Hoy muchos de nuestros hermanos y hermanas, como Jesús, están clavados en camas de dolor, en hospitales, asilos de ancianos, en nuestras familias. Son tiempos duros, de días amargos de soledad e incluso de desesperación", se leyó en una de las meditaciones.

A los participantes en el acto se les pidió oír "los gritos de los perseguidos, de los moribundos y los enfermos terminales..."

En escuetas palabras al final de la ceremonia, Francisco pidió a la multitud "recordar a las personas abandonadas" y denunciar "la monstruosidad del hombre" cuando deja que el mal lo guíe.

Es el segundo Viernes Santo de Francisco como Papa.

Horas antes, el líder de los 1.200 millones de católicos asistió a un servicio religioso en la Basílica de San Pedro donde el predicador oficial dijo que los grandes salarios y la crisis financiera mundial son males modernos causados por la "maldición de la avidez por el oro".

La prolongada liturgia es una de las pocas ocasiones del año en que el Papa escucha la prédica de otro sacerdote.

El padre Raniero Cantalamessa, cuyo título es "predicador de la casa pontificia", hizo un sermón sobre Judas Iscariote, quien según la Biblia traicionó a Jesús por 30 piezas de plata.

"Detrás de cada mal en nuestra sociedad está el dinero, o al menos en parte", dijo Cantalamessa en la solemne ocasión, que incluyó cánticos de sacerdotes rememorando las últimas horas de vida de Jesús.

"La crisis financiera que atravesó el mundo y que este país (Italia) sigue atravesando ¿No se debe en gran parte a la maldición de la avidez por el oro?", dijo.

"¿No es también un escándalo que algunas personas ganen salarios y cobren pensiones que a veces son 100 veces mayores a las de personas que trabajan para ellos y que levanten la voz para objetar cuando se presenta una propuesta para reducir sus ingresos por el bien de una mayor justicia social?", inquirió.

Francisco, quien ha convertido la asistencia a los pobres en un tema central de su pontificado, dijo en diciembre que los salarios y las enormes bonificaciones de algunos ejecutivos eran síntomas de una economía basada en la codicia y la inequidad.

En Italia, el Gobierno del primer ministro Matteo Renzi puso un límite de 240.000 euros (332.100 dólares) a los salarios en las compañías estatales.

El sábado, Francisco celebrará una ceremonia de Víspera de Pascua en la Basílica de San Pedro y el domingo entregará su mensaje y bendición "Urbi et Orbi" (a la ciudad y el mundo), que realiza dos veces al año.

El domingo 27 de abril, Francisco canonizará al Papa Juan Pablo II, quien dirigió la Iglesia entre 1978 y 2005, y al Papa Juan XXII, quien fue pontífice entre 1958 y 1963 y convocó al Concilio Vaticano Segundo, un encuentro histórico que modernizó a la institución.

Cientos de miles de personas han viajado a Roma para las ocasión, la primera vez en que dos Papas se convierten en santos al mismo tiempo, además de la primera canonización de un pontífice desde 1954.

24Horas.cl con información de Reuters