Pese a que hubo un golpe de Estado y el nombramiento de un nuevo gobierno interino, el baño de sangre continúa en Egipto.
Al menos 51 personas han muerto en los enfrentamientos entre islamistas adherentes de Mohamed Mursi y el ejército que se registraron todo el fin de semana en El Cairo y en otras ciudades de país africano.
En medio de una intensa crisis política, los manifestantes que rechazan el golpe de Estado, denunciaron haber sido baleados por fuerzas militares, que en estos momentos, controlan el de la Guardia Republicana, donde estaría oculto Mursi.
Abdelaziz Abdelshakua, quien fue herido en la pierna durante los ataques, denunció que recibieron los disparos mientras rezaban.
"Estábamos orando al amanecer y escuchamos los tiros", dijo. Agregó, además, que un oficial del Ejército le aseguró que nadie estaba disparando, pero de repente hubo un tiroteo desde el lugar donde se encuentra la Guardia Republicana.
"Nos lanzaron gases lacrimógenos, nos dispararon perdigones, balas de goma, de todo. Luego usaron balas de verdad", agregó.
No obstante, el Ejército denunció, por su parte que "un grupo terrorista" intentó ingresar en las instalaciones. Informó, además, que un oficial murió y cuarenta efectivos quedaron heridos.
Este choque de declaraciones, mantiene estancado el conflicto, mientras cientos de personas continúa siendo heridas por integrantes de ambos bandos. Los servicios de emergencia dijeron que más de 435 personas resultaron lesionadas en esta escalada de la crisis política de Egipto.
La tensión social continúa, mientras el diálogo entre ambas partes se encuentra estancado.
Las conversaciones para formar gobierno atraviesan serias dificultades, desde de que el partido Nur rechazara a dos candidatos liberales a primer ministro propuestos por el jefe de Estado interino, Adli Mansur.
Nur, el segundo mayor partido islamista de Egipto, que es vital para dar a las autoridades la apariencia de respaldo islamista, dijo que se había retirado de las negociaciones en protesta por lo que calificó de "masacre en (el complejo de) la Guardia Republicana".
Las escenas de batallas en las calles entre partidarios y detractores de Mursi en El Cairo, Alejandría y otras ciudades del país ha alarmado a los aliados de Egipto, entre ellos donantes clave como Estados Unidos y Europa, y a Israel, con el que la nación árabe firmó un tratado de paz en 1979.
La violencia también impacta a los egipcios, que están cada vez más cansados de la turbulencia que comenzó hace dos años y medio con el derrocamiento del líder autocrático Hosni Mubarak tras una revuelta popular.
Fuente: 24Horas.cl/ con información de Agencia Reuters